El oficial Simón Bosch pasa a funciones de la segunda actividad.    | Gemma Andreu

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Simón Bosch Cardona concluyó el pasado día 1 su larga etapa como jefe de la Policía Local de Ferreries. El oficial ha pasado a desempeñar funciones propias de la denominada segunda actividad, como le permite haber alcanzado la edad de 55 años.

El veterano agente, que cumple en la actualidad 34 años de pertenencia al cuerpo policial, ha vivido su transformación, sus cambios de dependencias y también ha sufrido la escasez de efectivos que ha multiplicado las horas de dedicación y, como consecuencia, el cansancio acumulado por el servicio. «El día a día cansa y lo que necesitaba, sobre todo, era dejar el móvil, que me suponía una atención constante», explica el oficial ferreriense.

Ingresó en la Policía Local en 1990, cuando todavía la normativa era muy básica y se permitía el ejercicio de forma interina sin haber realizado el curso de formación que acabaría completando en Palma. «Sustituí al subinspector que había entonces y ahí he seguido hasta ahora», relata el oficial ferreriense.

Siempre en Ferreries

Por fortuna o no tanto, Simón Bosch siempre ha ejercido la profesión en su propio pueblo, al servicio de sus paisanos, lo que tiene sus desventajas. Considera el oficial que la gente de Ferreries «es respetuosa con la Policía Local, pero trabajar en un pueblo pequeño y que además es el tuyo, es difícil». Se refiere a la disponibilidad casi absoluta que acarrea esta situación «porque cuando vas por la calle fuera del horario de servicio, igualmente te paran para pedirte esto o aquello», indica. Como anécdota, indica que incluso en ocasiones «prefiero irme con mi mujer a tomar un café a otro pueblo para evitar estos encuentros».

Hace tres años Bosch anunció que dimitía del cargo por la falta de recursos con la que tenía que lidiar para cubrir los turnos, y porque sus demandas no han sido atendidas. Finalmente, reconsideró su postura y continuó aplicando algunos cambios que más adelante concluirían en la eliminación del turno nocturno hace año y medio, un servicio que todavía no ha podido recuperarse. «No ha habido muchos cambios, estamos igual más o menos, pero hay voluntad del equipo de gobierno para ampliarla».

Destaca Bosch que, en principio, se va a crear una nueva plaza, además de la incorporación de un policía interino, y más adelante han de habilitarse otras dos. En la prefectura ferreriense, ahora comandada por Jesús Pieres, trabajan unos 9 efectivos, es decir, ocho agentes, un jefe y un policía más que debe incorporarse estos días como interino.

El apunte

«Es una localidad tranquila pero hay altercados y pasa de todo un poco»

A nivel estadístico, Ferreries no es un pueblo especialmente conflictivo en cuanto al número de delitos, «pero sí se producen altercados y pasa un poco de todo», subraya Simón Bosch. En su larga etapa al frente de la prefectura vivió la gran riada de septiembre de 2021 que colapsó los servicios del municipio o el trágico homicidio al empresario Joan Mascaró a cargo de otro vecino del mismo pueblo.

Más periódicamente, los problemas derivados de la saturación de los aparcamientos en Cala Galdana, o los que se presentan en las celebraciones del Carnaval, por ejemplo. Destaca, a la hora del cambio que le sitúa ahora en tareas de urbanismo, inspecciones de obras o vehículos abandonados, el buen entendimiento con el alcalde, Pedro Pons, o el teniente de alcalde, Vicent Coll, con el que ha coincidido en mandatos anteriores.