La visita a la finca de Torralbet se saldó con la inscripción de tres jinetes. | Gemma Andreu

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Ya ha sonado el primer jaleo y el camino hacia Sant Joan sigue avanzando. Ayer se dio un paso más con el inicio del proceso de inscripción de los cavallers que formarán parte este año de la qualcada. Una ruta de visitas que comenzó a primera hora de la mañana y que se prolongó hasta que comenzaba a caer el sol.

A las cuatro de la tarde, en el lloc de Torralbet, la familia de Joan Pons Pons ya esperaba la visita de la comitiva encabezada por el que este año ejercerá el papel de caixer senyor, Gabriel de Salort. Cálido recibimiento el que el dispensado por parte de un cavaller que desde que debutara en 1991 solo ha faltado una vez a la cita.

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Sant Joan es algo muy importante en casa de los Pons, aunque es algo que por el momento se vive con mucha tranquilidad y naturalidad. Y es que son ya muchos años de experiencia: «Yo no me suelo poner nervioso hasta el día 23», confiesa Joan durante una distendida tertulia en Torralbet, en cuyo porche explica que lo mejor de todo es volver a estar en contacto con toda la gente que es partícipe de un acontecimiento tan importante para Ciutadella.

Una tranquilidad que viene de familia y que también han heredado sus dos hijos mayores, Joan y Llorenç Pons Taltavull, quienes pese a su juventud también cuentan ya con una buena experiencia en lo que se refiere a la fiesta. El mayor, Joan, tiene 15 años y cabalgó por primera vez en Sant Joan a los ocho. «Los primeros años sí que estaba más nervioso, pero ahora ya no», confiesa. Un sosiego del que también hace gala su hermano Llorenç, de 11 años, para quien no obstante este Sant Joan será un tanto especial. Y es que el joven jinete, con experiencia ya en los ensayos matinales de los Jocs des Pla del día 24, ya tiene la autorización de sus padres para optar a intentar llevarse la ensortilla en la sesión vespertina de los tradicionales juegos.