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El 25 de junio es un día agridulce en Ciutadella. Bonito por los recuerdos de dos intensos días de fiesta y triste porque habrá que esperar todo un año para volver a disfrutar de ella. Sin embargo, el Sant Joan de 2017 se despidió anoche por todo lo alto, tal y como se merecen unas fiestas que han transcurrido, por suerte, con toda normalidad. Y para celebrarlo la ciudad disfruto, como cada año, de unos espectaculares fuegos artificiales.

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Una vez más lanzados desde la Punta Prima, en la urbanización de Son Oleo. Mientras algunos todavía se retiraban de la fiesta de la noche anterior, ya trabajaban los operarios de Pirotecnia Lluch, una firma con 90 años de historia en la actividad de los fuegos artificiales, que presta servicios en Ciutadella desde hace nueve años y además se encarga de los espectáculos pirotécnicos de toda la Isla.

Alrededor de las 10 de la noche la gente ya comenzaba a desplazarse hasta la zona del Paseo Marítimo para disfrutar de un espectáculo similar al de los últimos años en lo que se refiere a la duración, un cuarto de hora, pero con novedades en lo que tiene que ver con la ejecución. Y es que en esta ocasión se optó por un nuevo sistema de lanzamiento de los fuegos, que tal y como explicaron los diseñadores del montaje de luz y color, está pensado para aprovechar más visualmente el espacio del cielo. Un disfrute que comenzó a las 11 de la noche y que despidió la fiesta hasta el año que viene.