Los ‘cavallers’ practican sus carreras en el puerto de Ciutadella | Josep Bagur Gomila

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Dos días de fiesta, casi todo un año de entrenamiento. Los preparativos tienen sus tiempos, y estos comienzan para los cavallers mucho antes de lo que se pueda imaginar. Explica un joven jinete de la qualcada, Joan Pons Moll, que en su caso ya inició el proceso de entrenamientos específicos hace muchos meses. «El año pasado ya empecé a cabalgar al menos una vez por semana», comenta el trabajador del campo que presta servicios en la finca de Son Caravinya, en Ciutadella.

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Pero a medida que pasa el tiempo, el ritmo se intensifica tal y como explica el jinete, que desde hace tres meses ha buscado el tiempo suficiente en su agenda para salir con el caballo al menos dos o tres veces por semana.

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