Wideson es conocido en su país por haber captado la realidad de Chipre en la década de los 50, poco antes de emigrar y que el país se independizara en 1960 | Renos Wideson

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2.614 kilómetros separan Menorca de Chipre, dos islas que además de estar bañadas por las aguas del Mediterráneo tienen otra conexión común, el trabajo fotográfico del chipriota Renos Evryviades Wideson. Una colección de sus instantáneas, reunidas bajo el nombre de «Cyprus-Menorca-Views of two islands through the lens of Reno Wideson» se inaugurará este lunes en Famagusta Gate, en Nicosia. Un acto que está previsto que cuente con la participación del ministro de Educación y Cultura de Chipre, el alcalde de la capital chipriota y el embajador español en la isla que está considerada como la tercera más grande del Mediterráneo, solo por detrás de Sicilia y Cerdeña.

Wideson nació en 1920 en Larnaca y desde bien joven ya mostró su interés por el mundo de la fotografía, en gran parte por la amistad que mantenía su padre con el reconocido fotógrafo Leopold Glaszner. Pero lo que en principio parecía una simple afición pronto se convirtió en la pasión de toda una vida. Sus primeros trabajos relacionados con los caminos rurales y como inspector de distrito le llevaron a recorrer con detalle su provincia natal, una labor que a la postre influyó en su creciente pasión por los paisajes.

Tras servir en el regimiento chipriota de la Armada Británica, trabajó también como inspector hotelero de la Oficina de Turismo de Chipre. Gran parte de su trabajó consistió a partir de entonces en promocionar su país, lo que le brindó la oportunidad de fotografiar hasta las zonas más remotas de la Isla. Así, buena parte de las imágenes que se pueden ver en la exposición que mañana se inaugura fueron tomadas en la década de las 50, un fiel reflejo de lo que era la vida en una Isla que en 1960 cambiaría radicalmente tras conseguir su independencia.

En 1959, Renos emigró con su familia a Reino Unido, donde trabajó para la BBC hasta que en 1977 se jubiló como responsable de producciones cinematográficas. Pero unos años antes tuvo lugar la conexión menorquina que da pie a su última exposición. Tras veranear en España 1961 no faltó a la cita durante los siguientes 40 años. Primero en la Costa Brava, pero cuando descubrió Menorca no tardó en comprar un apartamento en el puerto de Maó. Con ese nuevo hogar como base, durante los años que visitó Menorca el artista acumuló una gran colección de fotografías, una selección de las cuales forman parte de la muestra que se podrá visitar en Nicosia hasta el 30 de este mes.