Los miembros de la Escolania de Ciutadella recibieron el premio a la Cultura. | Gemma Andreu

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El Teatre Principal de Maó acogió anoche la gala de entrega de los VII Premios Onda Cero Menorca, un evento con el que la emisora de Atresmedia reconoce la labor de personas, entidades y empresas de Menorca, que han destacado durante el último año por su labor e iniciativas.

La directora de la emisora, Diana Font, y el periodista Javier Ruiz de Taboada, fueron los encargados de presentar el evento, que adornaron con los habituales y ya esperados toques de humor del locutor de Radioestadio.

Este año se ha premiado la labor de entidades como las asociaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer y de Criadors i Propietaris de Cavalls de Raça Menorquina y a Proyecto Hombre; a personas a título personal como el economista Guillem López Casasnovas, el humorista gráfico Zaca o la nadadora Tita Llorens; a iniciativas como iSafrà o el Proyecto Imago; a la Escolania de Ciutadella, la Escuela de Turismo de Balears Felipe Moreno y al Lloc de Menorca.

El tándem Font-Taboada hizo gala de su particular estilo al frente de la gala, que procuraron llevar con su habitual sentido del humor y con las no menos frecuentes salidas de guión.

Antes que el director regional de la emisora, Juan Carlos Enrique diera la bienvenida, se había dedicado un «pequeño homenaje» para las víctimas de las inundaciones de hace unos días en Mallorca, a quienes «transmitimos nuestra fuerza y solidaridad».

López Casasnovas fue el primero en subir al escenario para recoger el premio dedicado al campo de la ciencia, y tras el lo hicieron el resto de galardonados. Especialmente emotivos fueron las distinciones a la Asociación de Familiares de Enfermos, Proyecto Hombre Menorca y la Escolania de Ciutadella. El presidente de la primera entidad, Josep Xabuc, reivindicó «a la clase política que no pierda la memoria» en relación «a los servicios que aún hacen falta, como el centro de Ciutadella que hace diez años que esperamos».

Desde Proyecto Hombre, Jesús Mullor pidió que la sociedad siga apoyando a la asociación y a las familias usuarias que son víctimas de «tropiezos», para que quienes caen en las adicciones puedan rehacer sus vidas. Y una numerosa representación del coro musical, encabezada por Corretja Genestar, Ana Hernández y Esperança Rotger y completada por una quincena de jóvenes cantores que recordaron que «cantar es activar el corazón» y que, parafraseando a Platón, «la música es la gimnasia del alma».

En el ecuador de la velada, y antes de dar paso a las canciones «Amara» y «Sa balada d’en Lucas» que interpretó Bep Marquès junto a sus músicos Toni Bosch e Ignasi Comellas, hubo otro momento emotivo, dedicado a este niño de Ferreries y de solo 6 años, Lluís Pons, en su lucha contra el cáncer con la esperanza de encontrar un donante de médula ósea que sea compatible.

El último galardón de la noche fue el premio especial para Náutica Reynés por su dilatada trayectoria, que recogió su fundador Benito Reynés junto a su hijo Óscar.