Òscar Mas, exhibiendo algunas de sus joyas de juguete.

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Si a la pasión por la historia le sumas la afición por todo lo relacionado con el universo Playmobil y le añades el amor por Menorca, en el caso de Òscar Mas (Barcelona, 1980) el resultado se traduce en un proyecto que lleva por título    Las Fortificaciones de Menorca    y de cuyas curiosas recreaciones se puede disfrutar a través de la red social Instagram.

Relata Mas que un tío suyo hizo la ‘mili’ en La Mola y que hace doce años se animó a visitar junto a su mujer la Isla de vacaciones. Desde entonces guarda una especial relación con Menorca, en la que pasa cerca de dos meses al año y hasta colaboran con su esposa como voluntarios de las fiestas de Sant Joan.

«Se trata de un proyecto para todos los públicos, pero en realidad lo que pretendo con él es que los niños se enganchen a la historia; con los Playmobil de por medio creo que es un poco más fácil», confiesa Mas, que cursó la carrera de Prevención y Seguridad Integral, sector en el que trabaja, pero que siempre tuvo «la espinita clavada» de estudiar Historia. Una deuda consigo mismo que está saldando después de matricularse hace dos años en esa carrera por la UOC.

«La gran cantidad de patrimonio cultural e    histórico de Menorca es impresionante» reconoce Mas, quien siente una especial predilección por espacios como la Fortaleza de La Mola o el Castell de Sant Felip, pero también por las diferentes construcciones defensivas a lo largo del litoral o joyas como el Castell de Santa Àgueda. Mas aprovechó su participación el pasado otoño en el Congreso Icofort sobre Fortificaciones y Patrimonio Militar que se celebró en la Isla para realizar un buen número de las imágenes que ahora exhibe.

A lo largo de los años, desde que era bien pequeño, ha ido    atesorando una gran colección de las famosas figuritas de plástico. En la actualidad cuenta con un ejército de un millar de playmobils. Elementos que él mismo se encarga de restaurar y vestir de tal forma que encajen con la época histórica que trata de representar.

Entre todas las estampas que ha creado le resulta difícil escoger una preferida, pero tras pensarlo reconoce que se siente especialmente orgulloso de la recreación del conflicto entre romanos y cartagineses a las puertas de Son Catlar, una historia a la que curiosamente llegó a través de un reportaje leído en «Es Diari».