Vista general del estado actual del interior el emblemático edificio de Es Castell | Gemma Andreu

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Aún falta un tiempo para que un espacio tan emblemático como el Teatro Salón de Es Castell abra de nuevo sus puertas, pero al menos este sábado se destaparon sus ventanas para que el pueblo pueda echar un vistazo. Una oportunidad de explorar el pasado pero poniendo ya la mente en el futuro.

Hace unas semanas terminaron los trabajos de prospección que han puesto al descubierto la existencia de al menos tres casas de la época británica bajo el teatro, que son una muestra de las primeras edificaciones del actual pueblo des Castell. Los encargados de escarbar en el pasado, Borja Corral y Carlos de Salort, avanzaron el viernes en la sala del Soleiet algunos de las conclusiones preliminares del estudio.

La aparición de «un sótano que estaba amortizado», explica De Salort, fue el punto de partida para iniciar una «apasionante» tarea que les ha llevado a encontrar restos «que reflejan buena parte de las diferentes etapas de la historia de Es Castell». Y es que en los fondos del edificio se ha encontrado desde piedras que presumiblemente fueron trasladadas desde el antiguo arrabal para reutilizarlas y edificar el nuevo núcleo poblacional, hasta restos de la última etapa del Teatro Salón.

Así, se puede construir, aunque con algunas lagunas, la cronología del edificio como reflejo de la historia del pueblo. Las investigaciones llevadas a cabo por los arqueólogos han servido para averiguar que a principios del siglo XIX en esa edificación vivían los Victory Prats, familia que tuvo que emigrar a Argelia y en su día vendió la propiedad a Joan Ludovic Damas, quien tras ampliarla propiedad la convirtió en un centro recreativo que alcanzó un gran esplendor a finales de aquel siglo, el Casino La Armonía.

También se ha podido averiguar que a principios del XX funcionó como una fábrica de zapatos hasta el Estallido de la Guerra Civil. Hasta la década de los 60, que comienza a funcionar como un bar, se produce una laguna temporal en la que no se ha podido determinar los usos del edificio. Pero sí se sabe que en los 80 la familia Ferrer adquirió el inmueble y realizó una reforma recuperando el espíritu del antiguo casino, que funcionó has hasta 2004.

El futuro

Hasta ahí, algunos apuntes sobre el pasado que dan pie a abordar el futuro. Un proyecto en el que está colaborando José Maria Aceytuno, arquitecto municipal, quien reconoce que la idea es que «el proyecto se pueda convertir en un ejemplo de restauración que tiene en cuenta la excavación arqueológica. Vamos más allá de lo que es una mera rehabilitación, nos hemos metido en las tripas del edificio», asegura.

La idea es incorporar cristales en el piso para que algunos de lo hallazgos puedan ser contemplados en el futuro. Estamos hablando de un proyecto de rehabilitación pendiente de aprobación con la vista puesta en que en verano ya pueda estar seleccionada la empresa que se ocupe de ejecutar unas obras que se esperan acabar antes de final de año, aunque se está a la espera de la concesión de unos fondos europeos para la financiación. Todo con la vista puesta en el que el municipio recupere el edificio para convertirlo en un espacio cultural de referencia.