El Lazareto de Maó alberga un cementerio cuyas tumbas datan del siglo XIX y XX.

TW
5

El puerto de Maó está sembrado de cementerios, algunos con más de 200 años de antigüedad, una realidad histórica aún poco conocida que toma relieve con motivo del Día de Todos los Santos.

El llamado Cementerio Inglés se encuentra enclavado cerca de Cala Partió, en la ribera del puerto opuesta a Maó. «Lo llamamos inglés por el idioma que hay en las lápidas, aunque casi todos los difuntos son estadounidenses; hoy en día se le suele llamar angloamericano», cuenta Luis Ameller, guía turístico del Lazareto. «Los americanos lo visitan entre mayo y junio, tienen un día que llaman Memorial Day y viene la marina USA para hacerle tareas de mantenimiento y creo recordar una ceremonia religiosa muy sencilla». Entre los fallecidos enterrados en este pintoresco camposanto se encuentra el teniente de navío de la Marina de Guerra alemana Karl Friedrich von Bunsen, que murió en alta mar el 29 de marzo de 1890 y cuyo deceso motivó una visita a Menorca de un ilustre personaje histórico: el Káiser Guillermo II, que era amigo íntimo del teniente Von Bunsen.

El Lazareto de Maó alberga un cementerio cuyas tumbas datan del siglo XIX y XX. «Durante los más de cien años que estuvo activo fallecieron aquí 369 personas, sobre todo de fiebre amarilla. Los cuerpos eran depositados sobre el suelo y tapados con cal», explica Ameller. «El cementerio se usó para enterrar a monjas paulinas o capellanes que aquí trabajaban gestionando la clínica de medicina exterior, aunque también aquellos que contaran con medios para pagarlo tenían una cobertura de piedra y mortero que cubría el cuerpo y la cal, así como una lápida», señala el guía.
En 1921 se reformó el Lazareto, renovación que también afectó al cementerio y habilitó la creación de un osario, pero finalmente la necrópolis cayó en desuso tras la Guerra Civil.

El tercero de estos camposantos históricos es el llamado Cementerio de los Franceses, que se encuentra actualmente en manos privadas y cuya fachada y lápidas fueron renovadas en 2011. Alberga las tumbas de soldados y oficiales franceses. «Algunos de ellos son un vestigio de la presencia francesa en Menorca durante el siglo XVIII, aunque también hay militares galos que intervinieron en la colonización de Argelia en el siglo XIX», aseguran fuentes del consorcio militar, que impulsó la renovación del cementerio junto con las autoridades consulares francesas.