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Uno de los mamotretos del puerto de Mahón, desde hace varias semanas está en pleno apogeo de restauración, se trata de Venecia, sa caseta de s´altra banda.

El último de los inquilinos había sido el magnate británico Richard Branson; la caseta Venecia, en su día esplendorosa, muy bien cuidada, por supuesto en la época que él la habitaba y que por motivos legales perdió la concesión de la administración estatal; hasta hace poco, el estado de conservación daba pena ya que estaba abandonada de la mano de la administración pública competente.

Domingo a domingo, hemos podido comprobar la evolución de la reforma que se está llevando a cabo con Venecia, ya que las visitas a la Isla del Rey desde hace varias semanas se efectúan desde el muelle comercial del puerto de Mahón, a bordo de los Yellow Catamarans o sea de los catamaranes amarillos, siendo muy interesante la excursión marítima pues permite disfrutar de la vista de la Base Naval, banyes de pedra, Cala Rata, Sant Antoni, con la casa señorial Golden Farm, hasta llegar al antiguo Hospital Naval Inglés. El pasado domingo, además de los voluntarios habituales, visitantes por su cuenta, había tres grupos de diversas poblaciones, del Centro Cultural de Alayor, los fotógrafos de la Escuela de Adultos de Ciutadella y un grupo de amigos ciutadellencs, entre los cuales estaba mi amigo y compañero tertuliano de la COPE, Toni Febrer acompañado de su esposa. Al desembarcar en la Isla del Rey, los fotógrafos tomaron la isla por su cuenta, disparaban sus cámaras a diestro y siniestro, el resto siguió con mucha atención las explicaciones de los guías, recorriendo las dependencias ya restauradas…También hubo dos grupos formados por ciudadanos británicos, de la mano de guías de la lengua de Su Graciosa Majestad.

Con puntualidad británica, a las 10:30, desayuno pertinente, sermón isleño, foto de familia y a embarcar tocan, de regreso podemos contemplar el recién restaurado molino de viento de Es Castell, pero vatuadell cents llamps, mamotretos a la vista cuando llegamos a la zona del Fonduco, el que fuera emblemático restaurante de nuestro puerto, el Rocamar y el vecino hostal Miramar, dos inmuebles abandonados desde hace años y que dan una imagen patética de nuestro puerto. Espero que surja algún inversor, que no le pongan trabas administrativas, para recuperar estos edificios, como lo están haciendo con Venecia, gracias a la Autoridad Portuaria y Marina Menorca.

"Dónde me recomiendas -me dice Toni- que vayamos a comer por el puerto", respuesta rápida por mi parte, nosotros vamos a La Minerva, buena carta, buen servicio y un menú de dalt de tot. A las dos horas los vimos en una mesa de la terraza degustando…todo muy bien, pero el pastelero de la casa, se lució con el postre. Por cierto, como buen madridista que es alma mater del restaurante, Lázaro Alcaide, el merengue por supuesto blanco, blanquísimo, supongo que era en honor al equipo de baloncesto por haber conseguido la Copa de Europa. Felicidades de todo corazón al menorquín Sergio Llull.