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En meterse a bucear en las historias que conforman la Historia de la Isla del Rey, proporciona un filón de sorpresas y novedades. El próximo y anunciado concierto de la formación musical de la flota US NAVY me da pié a contarles lo siguiente.

Como ya sabemos, la joven república norteamericana nacida en 1782, desarrolló comercio cuanto más amplio mejor. Recordemos que, al fin y al cabo, el "leit motiv" aparente que desencadenó la excusa para independizarse de la corona inglesa fue una cuestión de aranceles comerciales.

Protegiendo su comerció, aquellos once primeros Estados Unidos de Norteamérica, enviaron su naciente flota de guerra hacia los enclaves desde los que se molestaba su comercio por piratería, Y como el comercio con gran parte de la producción de cercano y mediano Oriente se encauzaba desde Estambul y puertos cercanos, vinieron hasta el Mediterráneo. Y negociaron el permiso español para utilización del puerto de Mahón como base y para invernada: el Mediterranean Squadron. Ya conocen los lectores a nuestro Doctor Foltz.

Como es lógico, durante los meses de invernada y las escalas y aprovisionamientos, el contacto y el comercio se estableció, y aunque los aduaneros isleños intentaban estropear la buena convivencia exigiendo impuestos hasta para comida que desde los barcos se regalada a los menorquines, hubo otros, que se enrolaron.

En aquel entones, cada barco de porte de porte suficiente, llevaba su propia banda de música, y enrolarse y pasar a depender con sueldo y manutención a cambio de tocar su música debió ser una buena salida.

Cuando en la Casa Blanca, en Washington se forma la banda de música al servicio del Presidente, la titular, lo hace a partir de músicos de la Marina de Guerra, de la US Navy. No es extraño pues que entre sus músicos haya muchos menorquines y que incluso algunos de ellos lleguen a dirigirla

Por ejemplo Antonio Pons que lo fue su director del 1843 al 1844 y luego del 46 al 48, habiéndolo sido antes, también como Drumm (Tambor) Mayor, cargo que después pasó a denominarse Leader-Director, otro mahonés, Rafael Triay, quien dirigió entre 1836 y 1843 repitiendo desde 1848 al 1955, cuando ya se pasó a retiro. Ni que decir tiene que si buscamos entre los nombre familiares de esos miembros de la banda Titular del Presidente- que no a que confundir con la banda de los marines, que es otra, de más reciente creación-los encontramos como Taltavull, Sintes, Carreras, etc, siendo así que su fichas las podemos encontrar entre las de los miembros de esa banda que podían ser enterrados, ellos y sus familias en el gran Cementerio del Congreso- que no es el de Arlington-.

Mención aparte merece John Philips SOUSA, el rey de la música de marchas, por su prolífica lista de composiciones, que era hijo de Antonio Philips Sousa, de apellido portugués, pero nacido en Sevilla, quien casó con una bávara, pero del que tengo fundados indicios de haberse enrolado en los barcos del citado Squadron, desde su base en Mahón.

Por cierto que Antonio confió la educación musical a otro músico citado con dos nombres familiares distintos, o eso parece. Uno conocido como John Esputo o Esputa, y ya me entienden si separan las sílabas, y el otro nombre, John Roach, de apellido más respetable s hoy en día, pero que también estuvo en uno de los barcos que formaban ese Escuadrón, y precisamente destinado en Mahón , abordo del que se había enlistado el 13 de diciembre de 1827 a la edad de los 14 años.

Y aquí lo dejamos, porque tirando del hilo, el ovillo nos va dando mas información, de tal interés que se merece un nuevo informe, pero con la imperiosa necesidad del color, si es que la amabilidad del periódico nos lo permite, periódico en el que por cierto, pude enterarme a través de sus veteranas cronistas, de que en 1911, un militar de apellido Sousa, formaba parte de la junta de una Sociedad con sede en la calle Nueva. Está claro que algunos Souda estuvieron aquí y de ahí que podamos investigar como pasó el padre Antonio, Philips a ser músico también de la Marina de los USA . Y de Grafulla hablaremos otro día también. Y les tengo otras sorpresas.

Miguel Timoner Vidal

Doctor