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Un conocido mío, persona muy preocupada en que las barriadas de nuestra ciudad estén en perfecto estado, con limpieza municipal diaria, las aceras sin obstáculos para que los peatones deambulen por ellas sin tropezar, calzadas con sus rejillas de recogidas de agua y limpias para cuando llueva no parezcan riachuelos, pidió mi colaboración mochilera. Así que esta vez nos vamos a centrar en la barriada donde tiene su hogar, la avenida Fort de L'Eau.

Recuerdo que con fecha 4 de diciembre del 2016, publiqué el artículo que constaba de dos partes, la primera fue solucionada por los de Dalt la Sala, pero la otra sigue igual o peor. Recordé: la popular frase «aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid» y, ya que estaba metido en plena excursión en la zona de Fort de L´Eau, pase por la avenida de La Florida, que vive T. una conocida mía. En su día, ella me habló de un solar que hace décadas está abandonado y es la vergüenza del conjunto de la zona. Una empresa inmobiliaria que promovió la construcción de unos bloques de viviendas vecinos, dejó esta parcela central y media hectárea de superficie en agua de borrajas. Dicho solar se ha convertido en otro vertedero incontrolado, acumulando todo tipo de desperdicios, palés de madera y ladrillos, hierbajos campan a sus anchas, una oficina comercial que implantó en su día y está en un estado deplorable, un cartel publicitario ya borrado, dando todo ello una imagen patética que contrasta con los preciosos bloques de viviendas que lo bordean…lo único positivo es que el solar está cerrado en todo su alrededor por una pared o muro de cemento. Se trata de un solar peligroso, madriguera de roedores, convertido en unos vertederos de basuras incontrolados que degradan una de las mejores zonas residenciales de la ciudad. Pienso que, en casos como éste, lo ideal sería que se pudiera actuar de oficio por parte de los actuales inquilinos de Dalt la Sala.» (sic)

Punto de encuentro en la cafetería La Jarrita. Con mi amigo nos dirigimos al carrer de Sa Punta des Rellotge y a la convergente Avinguda de la Florida. Pasamos entre esta última y un solitario columpio infantil para encontrarnos con hierbajos y matorrales a troche y moche, excrementos perrunos, todo tipo de restos del botellón de los fines de semana,… vatuadell cent llamp! Mi amigo cogió una bolsa de plástico, guardando los potes, botellas, que los incívicos practicantes del jodido botellón, habían dejado tirados ¡Bien!… Lo inverosímil es que muchos viejos envases estaban a un metro del propio acantilado, con lo peligroso que asomarte estando sobrio y no digamos bebido. ¡Mal! En varias partes de la acera, bordillos y baldosas rotas, peligroso andar de día, imagínate apreciado lector, de noche ni digamos, pues ninguna luminaria alumbra, todas han sido objeto de esos vándalos. Vemos un viejo cartel roto de una empresa de construcción, supongo de unas obras de hace tiempo y, al final de este recorrido, un trozo de acera desaparecida… Tampoco no es de extrañar: desde La Jarrita hasta la Cuesta de Corea, a las aceras y bordillos les hace falta un buen repaso. ¡Mal!

En fin, apreciado lector, no quiero insistir en como encontramos el solar de la Avinguda de la Florida, pues seguía igual o peor que cuando lo denuncié en mi escrito del año 2014, citado anteriormente… A los cuarenta años de la urbanización del sector se sigue sin haber tomado ninguna decisión para la parcela central y la dotación de la zona de cornisa, que sepamos, por los mandatarios Municipales… si vivim coses veurem. Perqué no fer un jardí públic d’aquest solar?

José Barber Allés

Mochilero

josebarberalles@gmail.com