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Subvenciones a los sindicatos y el papel de la Iglesia (1)

He esperado un tiempo prudencial a contestar a esa carta esperando que personas más cualificadas salieran en defensa de la Iglesia católica, al no ser así es por lo que quiero dar mi modesta respuesta al Sr. Francisco Javier López Marín, Secretario General de CCOO de Madrid, por Carta publicada en ese diario el pasado día 10 de julio de 2011: "Subvenciones a los sindicatos".

Tratando de justificar la ingente cantidad de dinero que recibe de este Gobierno su sindicato y el de UGT principalmente, en su escrito recurre al decidió afán y obsesión por desprestigiar y atacar a la Iglesia Católica. La demagogia, la mentira, la difamación, medios económicos… han sido y son algunas de sus armas preferidas. Veamos, si no:

"El periódico 'La Razón' del 24-11-2004 publicó un estudio firmado por J.A. Méndez y J.R. Navarro, donde nos dice que "Más de 31.000 millones de euros; es la cifra que tendría que costear el Estado español para sustituir la labor social que realiza la Iglesia. Levantar sus colegios y hospitales, atender a los enfermos, ancianos, marginados, niños e indigentes, mantener las instalaciones..." En esta cifra se incluye el valor de los edificios, materiales y personal. Por otra parte, tres días antes, en la revista "Época" Juan José Aguilar y Rafael Miner (21-11-2004) puntualizan lo que anualmente la Iglesia ahorra al estado: 6.000 millones de euros en tareas sanitarias, educativas y de acción social."

Estos datos, por nadie negados, son impresionantes, eso sí, los hay que se agarran a argumentos obsoletos ante la verdadera cara de la Iglesia católica dentro del actual ambiente enrarecido y tramposo creado en su contra. La inquina, el odio, el rencor a la Iglesia viene de muy lejos, de tan lejos que los que la combaten ni siquiera recuerdan de dónde ni por qué.

Se olvida que gracias a la Iglesia casi toda la enseñanza, la sanidad y la obra social eran una realidad. Y así fue hasta bien entrado el siglo XIX, que fue cuando España se empeñó en la "Desamortización de Mendizábal". Es decir. Robaron –legalmente por supuesto– los bienes que los fieles habían donado a la Iglesia y los vendieron por cuatro perras a los ricos de cada pueblo, así que los ricos siguieron siendo más ricos y los pobres igual de pobres. Ya hace dos siglos España tiene la desgracia de poner de vez en cuando a los políticos más inútiles y nefastos en los puestos de mayor responsabilidad. Demasiados iluminados y salvadores de la Patria.

El prestigioso economista el Sr José Barea, decía en "La Razón": "si la Iglesia no prestase sus servicios, tendrían que aumentarse los impuestos".

¿Qué ocurriría si la Iglesia católica con todas sus instituciones, desapareciera de España? ¿Qué ocurriría con la sanidad, la enseñanza o la labor caritativa y social?

El catedrático Juan Velarde contesta: "Sería una catástrofe para el conjunto de la sociedad".

El que fuera ministro de Trabajo, Jesús Caldera, afirmó que ésta es una cuestión que "debería revisarse", y manifestando injustamente que la religión católica, mayoritaria en España, tiene a su juicio "un trato preferente" respecto a otras. "Esta circunstancia tiene que ser revisada porque el Estado español no es confesional".

Exacto, y como no es confesional deben ser los católicos los que sostengan a la Iglesia. Sin embargo, los países europeos que siguen análogo sistema les paga a sus iglesias no el 0,5239% del IRPF que les paga nuestro gobierno sino el 0,8%. Para más "INRI" ni a usted ni a mí nos preguntan si queremos sostener a los sindicatos (un 4% de afiliación por parte de los trabajadores), ni a las Cámaras de Comercio a través del impuesto de sociedades, ni a los partidos políticos, ni subvencionar a los titiriteros, a películas bodrios, o a un montón de ONG o asociaciones sin más méritos que pertenecer al partido gobernante. Además el 80% de la población española se confiesa católica. También tendríamos que preguntarnos: ¿Por qué los católicos tienen que subvencionar a la escuela pública, peor y más cara que la privada?

Antonio F. Villalonga Sintes
católico
Mahón

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Respuesta al señor Juan José Gomila Félix

Con todo mi respeto, creo que se equivoca de nuevo. No soy de ningún partido político, tan sólo soy un catalán ofendido de los muchos que han contactado conmigo respaldando mi escrito y mi indignación, incluidos profesores de escuela.

Lo escrito por Ud. ahí queda. Su clara alusión al nazismo respecto al catalán quedó bien contrastada, como si los catalanes fuéramos anexionistas de otras culturas y lenguas, cuando en realidad tenemos mucho trabajo en conservar nuestra propia identidad, debido a la fuerte inmigración y a la proliferación de nuevas culturas que se instalan en Cataluña, poniendo en peligro la nuestra propia (sólo tiene que pasearse por Barcelona, para comprobar lo poco que se habla catalán). De no ser por una fuerte inmersión lingüística llevada a cabo por la Generalitat, con mucho acierto, nuestra lengua y sus variantes (menorquín, mallorquín, etc.) tenderían a desaparecer, más los escritos que periódicamente aparecen en distintos medios de comunicación contra todo lo catalán, seguramente con unas siglas políticas bien definidas que todos conocemos, que en contra de nuestra lengua. Lamentablemente, entre todos esos escritos está el suyo.

Dice Ud. en su carta, y me sorprende de nuevo, que para mi tranquilidad que buena parte de sus estudios los realizó en Barcelona (seguramente tuvo que realizarlos en catalán o castellano; me inclino por lo último ), ya que Ud. no pudo realizar sus estudios en Menorca al no existir ninguna Facultad que pudiera estudiarse Filología de la lengua menorquina. Su estancia en Barcelona supongo no le perjudicó en su habla menorquina, si es que la utiliza y no se sintió influenciado para que dejara de hablar menorquín, respetando su identidad. Por lo tanto los catalanes no debieron ser tan anexionistas como dice Ud.

Le recuerdo que en las Universidades catalanes hay excelentes catedráticos menorquines y no tienen ningún problema con su lengua.

Tiene Ud. razón al indicar que por mis apellidos no soy menorquín, aunque Puigdemasa también está establecido en Mallorca, en su origen catalán. También su apellido Gomila está muy extendido en Cataluña.

Tampoco soy turista como dice en su carta y me manda regresar a mi tierra con buenos modales. Se equivoca otra vez. Soy residente en Menorca, donde elegí vivir con mi familia, desde hace 23 años, tierra a la que quiero tanto o más que a Cataluña. Estoy totalmente integrado en Menorca, invertí aquí mi patrimonio y esfuerzo, y colaboro en todo lo que puedo para ser un ciudadano más en el pueblo de Mercadal que tanto quiero.

Se puede ser menorquín sin nacer en la isla, ya que yo lo elegí de corazón y aquí pienso seguir viviendo.

Pero no todo tiene que ser negativo. Me da Ud. una alegría, porque nos unen dos cosas: el amor a Menorca y al Barça (club con el que jugué en sus divisiones inferiores).

Seguramente nos anexionaríamos en más cosas y hasta podríamos tomar unas copas juntos para celebrar las victorias de nuestro Bar­ça. Al fin y al cabo nuestras diferencias culturales no son tantas.

Por otra parte, tiene Ud. razón: la historia se puede interpretar de muchas maneras, pero normalmente la escriben los vencedores, pero Cataluña casi nunca ha vencido y no ha podido escribir su auténtica historia.

Sin más que decir, dar por cerrado este tema y respetando su opinión y esperando que Ud. respete la mía, reciba un cordial saludo.

Francisco Navarro Puigdemasa
Es Mercadal

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La reforma de los jardines de Sa Vinyeta

Hace unos meses nos llamaron del SOIB porque la Martí I Bella quería contratar a diez trabajadores para la restauración de los jardines del albergue juvenil Sa Vinyeta de Ciutadella, con un contrato de trabajo de seis meses. Después de mucho papeleo, certificados, varias entrevistas etc, que parecía que buscaban más a un ingeniero de algo que a un profesional de la construcción, nos presentaron al director de la obra, Antonio Camps Extremera, un señor inexperto en obra y de carácter un tanto especial. Esta asociación no disponía de herramienta alguna para realizar los trabajos, como la restauración de estanques, muros de marés, muros de piedra, etc. Nosotros aportamos nuestras herramientas particulares, pero eran insuficientes. El encargado de la obra puso andamios, herramientas de mano y toda clase de maquinaria eléctrica de que disponía con toda su voluntad y la de todos. Realizamos un trabajo bien hecho y a la vistaestáde todo el que acuda a visitar los jardines de Sa Vinyeta. La sorpresa vino cuando vimos que el director de la obra no tenía ninguna experiencia en los materiales a utilizar para la sujeción y reparación de varios elementos, haciendo preguntas incoherentes de un director de obra (por ejemplo: el compuesto del barro, para que era el cemento, porque poníamos 'calç' al barro, etc). Llegó a perder toda la compostura y respeto que nos merecíamos, parecía increíble, con nuestros años de experiencia en la construcción no lo habíamos visto nunca.

La gran sorpresa, por no llamarlo de otra manera, llegó en las Navidades esperando nuestra paga extra como todo trabajador y con la ilusión de que la dispondríamos para comprar los Reyes de nuestros hijos. Vimos ya a final de mes que no había nada. Entonces pensamos que se nos daría al finalizar nuestro contrato de seis meses y preferimos en aquel momento no molestar al presidente de la entidad, Alberto Coll, y más teniendo en cuenta cómo estaban las cosas.

Gran error. De diez trabajadores cumplimos los seis meses tan sólo cinco de nosotros. Aparte de los problemas que nos dio Antonio Camps, había que añadir otro. Al encargado de la obra, cuarenta días antes de finalizar el contrato, lo mandaron a su casa cobrando igual para realizar unos informes:le hacía sombra al director de obra y por supuesto cuando el trabajo ya estaba casi finalizado. Finalizamos y nos pagaron 124 euros de paga de Navidad y de finiquito. Increíble. Nos dirigimos a CCOO a informarnos. Se nos comunicó que los contratos y nóminas no estaban del todo bien. Entonces reclamamos lo que creíamos que era nuestro porque no figuraba nada en ningún sitio. Un peón cobraba 853 euros al mes y el oficial y el encargado cobraban lo mismo, 1.243 euros al mes. Más o menos es fácil hacer cuentas.

La cuestión es que después de haber pagado los abogados, según la ley de no sabemos donde, estaba todo correcto y una serie de trampas legales hicieron que les saliera redondo. En octubre se volverán a contratar albañiles para trabajar en Sa Vinyeta. Esperemos que la gente que se contrate a través del SOIB sea por su currículum y no a dedo, que ya se hizo, porque todos tenemos los mismos derechos a trabajar. Decimos esto porque éramos 4 trabajadores que estábamos luchando por lo que creíamos que nos pertenecía y al final quedamos 2 porque Martí i Bella les prometió que si renunciaban a reclamar o denunciar nada, los volverían a contratar subiendo hasta de categoría y no vamos a decir nombres por respeto a estos dos trabajadores. Tan sólo pedimos que a los próximos trabajadores se les especifiquen en contratos y nóminas todos sus derechos y pagos que marca la ley, que demuestren más respeto por dichos trabajadores, porque nos a llegado al oído que se nos está descalificando y se nos trata de basura. Somos personas trabajadoras y padres de familia y lo hemos demostrado y estamos orgullosos de ello. En la próxima inauguración de obras, delante de autoridades y prensa, menos medallas y más reconocimiento a los que hemos estado allí en pleno invierno aguantando el mal tiempo y que creemos haber cumplido con creces nuestro trabajo.

Y, señor director de obra, para este puesto hay que tener experiencia y demostrarlo, no basta que te contraten porque perteneces como voluntario de esta asociación y te pongan esta categoría, que no te mereces ni como trabajador ni como persona.

Podríamos seguir porque aún tenemos más en el tintero. Gracias.

Parte de los trabajadores
de la restauración de los
jardines de Sa Vinyeta
Ciutadella

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La mobilitat
a Sant Lluís

Sant Lluís encara no ha definit com hauria d'articular la seva convivència amb el trànsit rodat. En els darrers anys hem vist com s'han pres mesures provisionals i sense consensuar amb tots els sectors del poble. D'una manera quasi unilateral s'han adoptat mesures parcials i temporals per la satisfacció de pocs. La circulació i el tema de l'aparcament de cotxes en es Cós n'és un bon exemple però no és l'únic: també s'ha decidit sense consultar els veïns, la no rotació de l'aparcament en altres carrers del poble.

Fa quatre anys l'associació de veïns i veïnes vàrem proposar la creació d'una Taula de Mobilitat en la que estiguessin presents tots els sectors involucrats, i entre tots es definissin les línies generals de com voldríem passejar, caminar i recorre els carrers de poble. Així mateix l'Associació va ser l'impulsora del tema del Campus: la proposta de reduir la circulació de vehicles en la zona escolar, esportiva i sanitària, la més transitada del poble per infants i gent gran. L'Associació ha parlat de tots aquests temes amb diverses persones del poble, inclosos els regidors i alcaldes del darrer Consistori i de l'actual, i amb diversos col·lectius, entre ells l'escola, pionera en la demanda de participació ciutadana en els temes de mobilitat mitjancant els Consells Municipals infantils.

Ara continuam defensant una major participació ciutadana en les decisions més rellevants pel futur del nostre poble, mitjançant el diàleg i les consultes populars. Guanyar unes eleccions no significa prescindir de l'opinió dels veïns i no justifica accions precipitades com les que s'han pres a Sant Lluís en matèria de mobilitat.

Associació de veïns i veïnes
de Sant Lluís

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Desde mi ventana

Soy vecino de la Plaça Conquesta, no soy adinerado y vivo de alquiler.

En estos días he visto cambiar de repente y a peor, una plaza que era de uso vecindal y ciudadano. Desde mi ventana veía la estatua de un rey, veía niños corriendo y jugando, los veía entrando y saliendo de la biblioteca, al igual que otras personas que habían llegado en bicicleta y podían dejarla tranquilamente en un aparca-bicis. Veía la terraza de un bar llena de flores y de gente disfrutando con la armonía y la tranquilidad de la plaza, a veces oía el ensayo del coro de la iglesia de Santa María, que junto a unas señoras sentadas en los bancos, sonreíamos con el emotivo canto que salía por las ventanas del lugar del ensayo, veía gente disfrutando, paseando sus perros, con sus hijos, con sus parejas, con sus amigos...

¡Qué alegría!, ¡qué bienestar!, ¡qué tiempos aquellos...!
¡Hoy!
Hoy he visto muchos coches, furgones y camiones.
He oído mucho ruido, ruido de bocinas, ruido de gritos de conductores, histéricos por la prisa y el agobio.
¡Hoy he visto caos!

He visto dos posibles atropellos, he visto como una furgoneta giraba hacia el callejón que va al Ayuntamiento, y después de oír su frenazo he visto que salían estrechas por los costados del vehículo, dos mujeres turistas con cara de pánico controlando sus respectivos carritos de bebé, a punto de ser aplastados, también he visto que donde se encontraba la terraza del bar, se implantaba sin sentido una zona de carga y descarga de casi 18 metros, en una plaza donde no hay más locales ni comercios que el bar sin terraza y la biblioteca pública, he visto a los transportistas cargar su carretilla y aventurarse en una carrera de longitud impensable, he visto también una fila de coches sacando humo junto a sus conductores, que para apaciguar su calentamiento tocaban el claxon a ritmo de una orquesta desafinada , la caravana era debida a que un grupo de turistas de cerca de casi 30 personas más un guía cruzaban el pintoresco callejón en dirección a nuestra plaza.

Hoy no he visto bancos donde sentarse , ni aparca-bicis, ni señoras sentadas, no he visto niños ni abuelos disfrutando, ni parejas, ni grupos de amigos...
¡Qué pena!

Después he mirado al cielo, he pensado en positivo y he cerrado la ventana.

Pau Carceller Rus
Maó