TW

Le agradezco sinceramente la contestación valiente y cortés, a mi carta al diario MENORCA. Se lo agradezco, porque su deriva pone de manifiesto la necesidad de tener que explicar a sus conciudadanos una actuación de gobierno municipal que pocos entienden, por desmesurada e inadecuada, atendiendo sobre todo a la situación de penuria económica de muchas familias de Alaior. En dichas circunstancias, dar prioridad en su gestión a pagar ante todo la deuda municipal castigando al pueblo con una subida del IBI que hace años ya critiqué oportunamente en estas páginas, me sigue pareciendo a pesar de sus bienintencionadas explicaciones, una decisión con poca sensibilidad social, y si en cambio, tomada con una finalidad personal de meritocracia ante su partido. La verdad es que si el electorado hubiera sabido sus intenciones no le habrían votado.

Entiendo naturalmente que cuando un ayuntamiento debe sus ciudadanos deben, pero también entiendo perfectamente que las deudas se pagan con el tiempo. Tiempo del que parece usted andar escasa en su particular ambición política. En su carta a mi dirigida, ha perdido usted la oportunidad de reconocer ante nuestro pueblo-es una lástima que tenga que recordárselo-, a los protagonistas de los indudables y verdaderos méritos de la reducción de la deuda que usted atribuye a su gestión; me estoy refiriendo naturalmente, a los alayorenses pagando esa barbaridad de IBI que usted nos impuso.

El hecho de que ahora nos lo haya reducido pone en evidencia dos cosas; la primera, que esa subida hubiera podido ser mucho más reducida pero mantenida hasta el final de su mandato, y que por tanto no había ninguna necesidad de en momentos económicamente tan críticos rebañar brutalmente los vacíos bolsillos ciudadanos; y la segunda, que usted no hizo lo más conveniente para la gente del pueblo, sino lo mejor según las directrices políticas del Partido Popular y lo mejor para usted de cara a una posible reelección.

Refiriéndome a sus aciertos, es verdad como bien me señala en su carta, que me he olvidado de alguno de los logros resaltados por ustedes mismos como significativos en un panfleto publicitario distribuido por este diario. Me faltó incluir las «rajoles amb forma de peu» para saber por dónde debemos andar.

Me gustaría también recodarle con afecto que personalmente en los últimos tres años he escrito aproximadamente unas ciento cincuenta cartas en el MENORCA sin necesidad de poner calificativos a mi firma. Mis críticas por tanto, téngalo en cuenta, son a título personal.

Y para acabar, con esa cortesía no exenta de valentía que siempre hemos mantenido, y por mi parte espero seguir manteniendo, le reconozco que las cuentas del ayuntamiento, como usted recalca, están en mejores condiciones que cuando usted llegó. Solo faltaría, con lo que ha recaudado.