TW

Referente a las afirmaciones que Bep Portella Coll, hace en su diario MENORCA, del viernes 15 de mayo del 2015, en su artículo «La explotación laboral dels presos republicans», queremos puntualizar y desmentir categóricamente las afirmaciones que el Sr. Portella Coll, quien con una perfidia y cinismo fuera de lo común, hace en el artículo anteriormente aludido de su diario del 15/05/2015, donde afirma y atribuye a nuestro padre, persona por desgracia ya fallecida y que no tiene la posibilidad de defenderse, y en donde le califica de modo totalmente inexacto y haciendo una manipulación de los hechos históricos, de manera sectaria y tendenciosa, de explotador de los zapateros alayorenses que estaban presos en la Mola en el año 1942.

Según consta en los archivos del Gobierno Militar de Menorca, sito en la calle Isabel II, donde suponemos que usted ha obtenido dicha información, de la cual tenemos copia en nuestros archivos familiares y que es del año 1942, o sea hace más de setenta años, nuestro padre, Antonio Juanico Camps, se dirigió mediante instancia personal y sin ninguna finalidad política al Ministerio de Justicia y concretamente a la Secretaría General de Prisiones solicitando la posibilidad de contemplar el traslado de los presos alayorenses que se encontraban confinados por su desafección al régimen en la Prisión Provincial de Palma a la de Maó, situada en La Mola, para desde allí y en un taller de calzado que se había habilitado, pudieran dedicarse a la fabricación manual de calzado y mediante la remuneración económica correspondiente y no explotación, Sr. Portella no confunda los términos, ni haga interpretaciones sectarias y tendenciosas como usted acostumbra a hacer. Se dedicaron durante el tiempo que duró su cautiverio, a la fabricación de calzado que una vez elaborado se enviaba a la fábrica de Alaior, percibiendo un salario igual y no inferior al de los otros operarios y que se les entregaba a sus esposas o familiares directos de los cuales nos consta el agradecimiento y que sería fácil de probar en la actualdiad en los familiares de éstos que viven en Alaior.

Cualquier similitud que quiera dar a esta situación, con lo sucedido en el Valle de los Caídos, resulta grotesca, surrealista y esperpéntica, es como mezclar ous amb caragols, y una manipulación de la historia por su parte sin precedentes.
Añadir que muchos de estos excelentes zapateros y personas honradas y correctas, una vez cumplieron sus penas por desafección al Régimen, pasaron a trabajar en la fábrica de Alaior como es el caso de José María Olives o de Avelino Mascaró, cuyos familiares se mostraron siempre muy agradecidos y pueden testimoniarlo, si no compruébelo usted mismo.

Allí trabajaron sin ser sometidos a ningún tipo de discriminación laboral ni social, ni a ninguna maniobra sectaria. Un hecho contundente que desmonta su repugnante falta de rigor histórico, es el que allí trabajara como operario una vez cumplida su pena en el año 1945 y cuyo testimonio gráfico está a su disposición en la Revista «S'Ull de Sol» de Alaior, por si quiere cotejarlo y, es la foto efectuada en 1945 a toda la plantilla de operarios y que por cierto usted tan erudito desconoce, donde figura en la tercera fila en el centro, el último alcalde republicano de Alaior, Juan Carreras Expósito, es Batle Penys, junto a otros destacados anarco-sindicalistas que habían sido represaliados por el régimen, y que trabajaron sin ser sometidos a discriminación alguna.

No le parece extraño, extraño y paradójico, Sr. Portella, que de D. Juan Carreras Expósito trabajase en una fábrica de calzado a la que usted tilda al propietario de explotador o negrero, creemos que tal significada persona que durante la contienda fratricida española adoptó una postura muy valiente, evitando la represión y el derramamiento de sangre durante los años del 1936-1939, hubiera querido ir a trabajar teniendo un mínimo de dignidad personal y coherencia a un sitio tan siniestro como usted lo pinta, donde la explotación humana y la pérdida de las libertades personales eran el lema, creemos que habría preferido pasar hambre a adoptar tal determinación.

Ésta afirmación y su demostración cuando lo crea oportuno desmonta evidentemente su teoría basada en la manipulación histórica y en la calumnia.

Así que Sr. Portella, aplíquese la tesitura de que rectificar es de sabios y otra vez en vez de lanzar manifestaciones calumniosas contra alguna persona, entérese antes de en que contexto social e histórico se desenvolvieron los hechos y aporte la documentación pertinente al caso y debe rectificar cuanto antes las afirmaciones calumniosas y tendenciosas que atribuye a nuestro padre, Antonio Juanico Camps, vertidas en este medio de comunicación al que usted ha utilizado para lanzarlas o nos veremos obligados a adoptar las acciones legales pertinentes, con la oportuna apertura de la demanda vía judicial por atentado a la dignidad personal y honorabilidad a que tiene derecho toda persona.

Por otra parte, creemos conveniente recalcar que dichas acciones se dirigen de modo personal contra la persona que las ha inferido y no a la formación política en que dicha persona milita y es un destacado dirigente, ni a otras formaciones políticas que concurren en coalición con la misma y que desde nuestra concepción democrática respetamos, para evitar la politización del tema, cosa que por desgracia sucede dentro de esta sociedad menorquina, ciñéndonos a la demanda a la persona en su sentido estricto ya que las hace a título personal, y a eso nos atendemos, cualquier otra interpretación que se le quiera dar es pura falacia.