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Las explotaciones agrícola-ganaderas de Menorca, que basan gran parte de su actividad en el vacuno de leche, están recuperando la producción de queso en lugar de dedicarse al simple ordeño y posterior recogida de la leche, conservada en tanques refrigerados.

La mayor rentabilidad y valor añadido que se obtienen con la transformación de la leche en queso y los bajos precios que se pagan por la leche motivan este cambio, aún cuando un mayor esfuerzo y trabajo por parte del payés.

Menorca atesora una extraordinaria tradición quesera, con un producto que goza de reconocimiento internacional, amparado y protegido por la denominación de origen Mahón-Menorca. Desviar y concentrar toda esta actividad artesana hacia la producción de leche constituyó un error, que afortunadamente se encuentra en vías de subsanación.

Productores, organizaciones profesionales agrarias, Consell insular y Consejo Regulador de la Denominación de Origen deben apostar de forma decidida a favor de la producción de un queso valorado, conocido y apreciado, producto estrella del campo de la Isla. Y al mismo tiempo, dar continuidad a los secretos de la elaboración, transmitidos durante generaciones, que Menorca no puede perder.