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Cuando es elogiado el papel capital de Adolfo Suárez para el éxito del tránsito desde el franquismo a la democracia, en Menorca valoramos y recordamos el papel desempeñado por este gran político del coraje, el talante y el diálogo para el reconocimiento del hecho insular.

El rechazo de nuestra Isla impidió que, durante la Segunda República, se aprobase el Estatut d'Autonomia. En cambio, durante la Transición, fue Menorca quien lideró, a partir del Pacte del Toro (julio de 1977) el proceso autonómico en Balears que condujo a la disolución de la Diputación Provincial y la elección (abril de 1979) de los consells insulars como instituciones de Régimen Local.

Al mismo tiempo, la Constitución de 1978, en cuya elaboración intervino el primer senador por Menorca, Guillermo de Olives, consagró el hecho insular en el artículo 141. La UCD de Adolfo Suárez amparó, acogió e hizo posible este reconocimiento, impulsado por la UCD menorquina. Sus dirigentes -de Olives, Mateo Seguí y Francisco Tutzó- participaron con entusiasmo en la Assemblea Autonòmica de Menorca.

Adolfo Suárez, forjador de la democracia, supo dar dimensión política al hecho insular.