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El presidente -y candidato- José Ramón Bauzá cerró ayer el congreso regional del PP-Balears con dos golpes de efecto: la supresión de todos los aforados en el Govern y el Parlament, lo que implica acabar con este provilegio para los diputados autonómicos, el presidente de la Comunidad Autónoma y los consellers del Govern balear.

Al mismo tiempo, se comprometió a eliminar el Impuesto de Patrimonio, que calificó de «injusto al gravar el ahorro y porque supone pagar dos veces por la misma cosa; y uno de los que más nos ha costado aplicar, motivado por la necesidad de recaudar». Con estas dos iniciativas, Bauzá toma la iniciativa y lidera el debate político, dado que obligará al resto de formaciones que concurren en Balears a las elecciones municipales y autonómicas sobre ambas propuestas. La supresión de los aforados autonómicos ya había sido reclamada por voces autorizadas de la Administración de Justicia, por el gran número de cargos que gozan de este trato singular al ser procesados. Es una propuesta que merece ser apoyada.

Más controversia suscitará la supresión del Impuesto de Patrimonio, pero Bauzá abrió ayer este debate en Menorca.