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Las previsiones dadas a conocer ayer por el BBVA para la economía de Balears son positivas y esperanzadoras. Durante este bienio se consolidará la recuperación con un crecimiento de más del 6 por ciento y se crearán 38.000 nuevos puestos de trabajo. Es mucho, dada la dureza con que nos ha golpeado la recesión, pero sin olvidar que -según la encuesta de la EPA- el archipiélago sufre un paro del 22,9 por ciento, una tasa intolerable para una sociedad que fue puntera al generar empleo, riqueza y bienestar.

La reactivación de Balears no se comprende sin el coraje de los empresarios, el esfuerzo de los trabajadores y el vigor del tejido productivo. Las administraciones han reducido las ayudas políticas con una reiterada apelación a la austeridad.

A pesar de todas las dificultades, las ramas vuelven a crecer y las hojas aparecen verdes y sanas. Costará mucho, pero de la experiencia de estos años saldrá una sociedad civil mucho más sólida y cohesionada.

El ingenio, la capacidad emprendedora, el impulso creador constituyen la clave. Al fin y al cabo, como reflexionó Montesquieu, el oro y la plata se agotan, pero la constancia y el esfuerzo no terminan nunca.