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El portavoz de Podemos en el Parlament, Alberto Jarabo, fue contundente ayer, en la investidura de Francina Armengol como presidenta del Govern balear, al dejar claro que su apoyo al nuevo Ejecutivo autonómico, del que se ha negado a formar parte, está condicionado al cumplimiento de sus exigencias. Mal presagio para el inicio de un mandato que se adivina complicado por los pactos a tres porque transmite un mensaje de inestabilidad institucional muy inquietante.
A los problemas de las Islas, que deberá afrontar y solucionar el nuevo Govern, se añade un serio problema interno que pondrá a prueba la capacidad de diálogo y liderazgo de la primer mujer que preside la Comunidad Autónoma.

Resulta excesivo condicionar desde el primer día a todo el Govern, que se forma gracias a los votos de Podemos, al manifestar una desconfianza que PSIB-PSOE y Més deberán desactivar. Este punto de partida debilita al Govern Armengol y dificulta su arranque, cuando hay grandes cuestiones a resolver. En primer lugar, mejorar la financiación para conseguir más recursos para Balears, lo que no puede ignorar Podemos.

La realidad es tozuda y la solución a los problemas no puede esperar. Diálogo y flexibilidad.