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La misa de acción de gracias que clausuró ayer, en la Catedral de Ciutadella, los 50 años de la trayectoria de Caritas Diocesana de Menorca ha coincidido con la despedida del obispo Salvador Giménez que durante siete años, primero como administrador apostólico y después como titular, ha sido el pastor de la Iglesia de Menorca.

«La institución Caritas es un regalo de Dios para nuestra sociedad y un desafío que abre caminos a todo cristiano para profundizar y ampliar su fidelidad a Cristo y su entrega a los hermanos», afirmó el obispo Salvador en la homilía de esta Eucaristía que tuvo el doble significado del agradecimiento  público a todos los voluntarios que, siguiendo las orientaciones del obispo Bartolomé Pascual, han participado y hecho posible la gran labor social, de acogida y solidaria de Caritas.

Al mismo tiempo, el adiós a un obispo próximo, diligente que ha sabido dirigir, orientar  e impulsar la Iglesia local en momentos difíciles, de cambios e incertidumbres. Dentro de una semana Salvador Giménez emprende una nueva etapa pastoral en la sede episcopal Lleida. Le deseamos aciertos y esperamos que el periodo de sede vacante en Menorca sea breve.