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Cuantas veces hemos perdido el bolígrafo, la pluma, el lápiz,... Y cuando te compras otro te vuelves más celoso si cabe, diciendo a las personas que te lo piden prestado que es de Huelva (vamos que te lo devuelva). Por despiste, o por lo que sea nunca llegas a casa con tu bolígrafo molón. Nadie de apropia con la intención de robar. En cambio, paradojas de la vida, hay quienes roban personas que no son suyas, como está pasando con los refugiados de Siria. Qué alma llena de maldad los puede captar y hacer desaparecer del mapa para encaminarlos a submundos oscuros. «Al menos 10.000 niños refugiados, que viajaban solos, habrían desaparecido nada más llegar a Europa, según estimaciones de la Europol (Oficina Europea de Policía)», según publica «The Guardian». Algunos «estarían con familiares, sin conocimiento de las autoridades, pero otros se encuentran en manos de organizaciones de tráfico de personas con fines de explotación sexual o esclavismo, advierten.» («El Mundo», 31.01.16).

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Hace unos días en el programa, que dirige Pablo Motos, «El Hormiguero», su colaboradora Marta Hazas escenificó situaciones con niños para que los padres o familiares no los pierdan en un parque. Y es que es tan fácil perder a los niños. Basta con que te despistes unos segundos y ya no están. Merendando el otro día con mi hija en un centro comercial, mientras ella jugaba cerca yo aprovechaba para echarle un ojo a una revista, medio cerebro estaba leyendo y el otro medio estaba vigilando. Pero sentí un helor, ¡era tan fácil perderla, o tan fácil que me la cogiera un extraño! Simplemente si mi cabeza solo hubiera tenido neuronas para leer la revista o para el móvil no me habría dado cuenta si desaparece durante unos segundos, quizás suficientes para salir a la calle. Mil y una historia para no dormir, por eso los cinco sentidos cuando estás con un niño, con un menor. Volviendo a esos 10.000 niños, ¿qué ser humano puede hacerlos desaparecer para esos fines mencionados? Es probable que algunas de esas personas sin alma no tuvieran una infancia feliz. No tuvieran amor de 0 a 3 años hasta su adolescencia. Porque quien tiene amor no toca jamás de manera sucia y sin ninguna mala intención a un menor. Otra vez vuelvo a recordar que tenemos el deber como ciudadanos de ser Guardianes entre el Centeno. No dejar que ningún niño se asome al abismo para caer, debemos estar ahí para recogerlos y protegerlos.

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