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Evitar unos terceros comicios constituye uno de las escasas coincidencias de los líderes políticos tras las elecciones del domingo. Los resultados del 26-J señalan al Partido popular como claro vencedor en las urnas pero sin mayoría absoluta, lo que le obliga a buscar apoyos parlamentarios para la investidura del próximo presidente del Gobierno. Esta debe ser la prioridad de Mariano Rajoy para acabar con una interinidad que no beneficia a nadie.

Es preciso salir cuanto antes de esta provisionalidad para dar respuestas urgentes en materia de política económica. Por tanto, hay que propiciar la colaboración de todas las formaciones para acelerar la constitución del nuevo Gobierno, tarea en la que también deben implicarse quienes han de ejercer las responsabilidades de oposición. Porque no tiene sentido continuar en España con un Ejecutivo en funciones.

Los ciudadanos, que  no aceptarán bloqueos que impidan la investidura, piden importantes dosis de flexibilidad y voluntad de acuerdo. No es el momento de vetos personales, sino de pactos que aporten soluciones y den respuestas. Esto se conseguirá si se antepone el interés común al partidismo.