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Más de la mitad de los desempleados de Menorca son jóvenes menores de 30 años, un dato que constata la dramática realidad de quienes están llamados a dinamizar la sociedad y la economía de la Isla, porque el 90 por ciento de este segmento de población no consigue un contrato estable. El porcentaje de jóvenes en paro en Menorca es mucho más elevado que en el resto de las islas, donde no superan el 30 por ciento de inscritos con menos de 30 años en las listas de demandantes de empleo.

El mercado laboral menorquín no ofrece oportunidades ni resulta atractivo para los jóvenes, con contratos precarios y temporales, y un dato especialmente hiriente: haber cursado estudios superiores no garantiza el futuro profesional, con trabajos que no se corresponden con la preparación para desempeñar superiores responsabilidades. El informe del Observatori Socioambiental de Menorca, que se añade al retroceso de población -la Isla ha perdido 3.583 habitantes en tres años-, confirma el estancamiento del mercado de trabajo con la marcha de un centenar de jóvenes menorquines al extranjero cada año. Evitar este éxodo es una exigencia urgente.