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Los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial sitúan a Balears como la autonomía que lidera la violencia machista en España, con un incremento del 38 por ciento hasta el pasado mes de septiembre. En conjunto, 4.000 denuncias, 4.000 dramas familiares, y seis víctimas mortales. A pesar de las campañas de concienciación, la violencia de género sigue enquistada en nuestra sociedad.

La raíz del problema rebasa el ámbito del trabajo en las escuelas, porque el punto de partida lo hallamos en el rol -en muchas ocasiones de manera inconsciente- que se asigna a chicos y chicas dentro de las propias familias. Para erradicar las conductas machistas es preciso superar los modelos tradicionales, romper la antigua dinámica de preeminencias y alcanzar la igualdad. Queda aún mucho por hacer. Para alcanzar esta necesaria igualdad faltan medios que garanticen la seguridad de las mujeres que presentan denuncias y evitar víctimas por falta de medios o por errores de apreciación en las comisarías y puestos de la Guardia Civil. Las declaraciones voluntariosas se estrellan con la cruda realidad de centenares de mujeres cada semana, cada día. Ellas no pueden esperar.