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La victoria del centrista Emmanuel Macron con el 61 por ciento de los votos frente a la derechista radical Marine Le Pen constituye un alivio para el euro y el conjunto de los estados de la Unión Europea. También es un balón de oxígeno para España y, por extensión, para las Balears. El hundimiento del euro si Le Pen hubiera ganado y cumplido la promesa de salir de la UE y regresar al franco habría supuesto un golpe durísimo al ser Francia el primer socio comercial de España.

Con Macron se hunden los partidos tradicionales franceses. El Partido Socialista se ha convertido en casi residual y los republicanos erraron al mantener a Fillon, salpicado por un escándalo de corrupción. Hay que esperar el resultado de las legislativas, en junio, que anuncian una Asamblea Nacional dividida. Pero Macron podrá pactar a derecha e izquierda. El nuevo jefe del Estado francés ha hecho un discurso de ideas, por encima de economicismos. Propugna una ideología europeísta, con el apoyo de Alemania, para hallar un espíritu político continental compartido. Alemania será el corazón económico de la UE, pero Francia se convertirá en el corazón político.