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El récord de ahorro que están logrando las entidades financieras en Balears en fondos y planes de pensiones refleja la mentalidad social en esta época postcrisis al pervivir el temor a inversiones arriesgadas, ligadas a hipoteas y compra de inmuebles. Los ciudadanos optan por comportamientos previsores, austeros y valoran, de cara al futuro, la seguridad como el principal activo. Vuelve la idea del «rincón», del ahorrador, un estilo que desapareció con los excesos inmobiliarios y los créditos demasiado fáciles.

El poder político, en concordancia con los consejos de administración de los bancos, determina el comportamiento de los ahorradores. Las políticas económicas favorecen el ahorro para lograr el saneamiento de las entidades de crédito. Y el impulso a los planes de pensiones privados va ligado a la crisis del sistema público de jubilaciones por la inversión de la pirámide de población. Cabe pensar, para el futuro, a medio plazo, en una situación económica más sólida y equilibrada, con garantías y perspectivas de seguridad a las inversiones, tanto inmobiliarias como de otra naturaleza. Existe miedo e incertidumbre por el impacto y los efectos de la crisis.