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El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) constituye la primera fuente de ingresos para los ayuntamientos de Menorca, con una media del 35 por ciento, muy superior a la media española, que se sitúa en el 28,2 por ciento. También llama la atención que los ocho municipios menorquines obtengan con este recurso más recursos que la media de los ayuntamientos de España, que es de 315 euros para los propietarios de inmuebles, transformados en sujetos pasivo para la administración local.

Hay casos más sangrantes, como el de Es Mercadal, con 873 euros por habitante, que encabeza el ranking en Menorca al duplicar los ingresos de Madrid, ciudad líder entre las capitales de provincia por recaudación de IBI; le sigue Es Migjorn Gran con 726 euros, y Sant Lluís, con 516 euros/año.

En conjunto, estos datos, que corresponden a la antigua contribución urbana, hoy IBI, desvelan y confirman la elevada presión fiscal de los ayuntamientos de Menorca, que tienen la capacidad de fijar los tipos reguladores en cada municipio.

Esta alta presión impositiva debe ser revisada y al mismo tiempo ha de traducirse en unos excelente servicios municipales para los menorquines.