TW

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a protagonizar uno de estos episodios de consumo interno en pleno año electoral. Ofrecer una recompensa de hasta 15 millones de dólares a quien aporte pruebas irrefutables de la implicación el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en el narcotráfico es la última de bravuconada.

El dirigente norteamericano mantiene intacta su verborrea populista, aunque ello suponga la vulneración de principios elementales del derecho internacional. La obsesión del líder de Estados Unidos contra Maduro parece no tener fin. Plantear una recompensa millonaria para acumular pruebas contra Nicolás Maduro forma parte de las excentricidades que acumula Donald Trump, a quien le importa poco el inaugurar vías inéditas para la imputación y captura de mandatarios extranjeros.

La dinámica en la que ha inmerso a los EE UU su presidente debería ser objeto de censura por parte de los principales organismos internacionales; empezando por las Naciones Unidas. La situación política -y económica- de Venezuela tiene en Maduro a su principal responsable, pero ello no es excusa para actuar de manera torticera contra él.