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Menorca se prepara para entrar el próximo lunes en la segunda fase del desconfinamiento con la apertura del tráfico interinsular; tanto aéreo como marítimo. La evolución positiva de los datos de la pandemia refuerza la tímida reactivación económica con la apertura, aunque sea parcial, de varios establecimientos.

El consumo interno es la primera opción que se plantea para minimizar los efectos de la crisis. Menorca necesita ofrecer, cuanto antes, una imagen de normalidad y de seguridad. La recuperación del tráfico interinsular de pasajeros puede ser un primer incentivo para impulsar una temporada turística atípica, que depende de la conectividad internacional y la habilitación de ‘corredores sanitarios’.

Aprovechar la baja incidencia de la COVID-19 en Menorca es un valor añadido que será preciso gestionar con inteligencia si que quiere recuperar algo de la temporada, una posición de ventaja que quedaría reforzada con el pase a la fase 2. En este proceso los criterios sanitarios deben continuar siendo los prioritarios. La aparición de un brote que obligase a paralizar o retroceder en todo lo avanzado tendría serias consecuencias en lo sanitario y en lo económico.