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Cada día que pasa se confirma que la temporada turística no se reactivará hasta el 1 de julio, sobre todo después de haber afirmado el ministro de Consumo, Alberto Garzón, de Unidas Podemos, que se trata de un «sector estacional, precario y de bajo valor añadido». Todo ello a pesar de que la actividad y los ingresos generados por los visitantes son el motor de la economía española al producir el trece por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y el doce por ciento del total del empleo en nuestro país. Para el conjunto de la economía menorquina el turismo supone el 85 por ciento.

A las trabas que aún se están poniendo a la reanudación de los trayectos interinsulares, que permitiría reactivar el turismo interior en Balears, hay que añadir ahora que Sanidad cuestiona el ‘plan piloto hotelero’, diseñado para Mallorca con el objetivo de traer a 3.000 turistas alemanes durante la segunda quincena de junio. La recuperación económica se está produciendo a un ritmo mucho más lento del previsto por las autoridades. Sobre todo, en las comunidades más dependientes del turismo: Balears y Canarias. Ahora persiste la incertidumbre y todo apunta a una temporada mínima e inciertos resultados.