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En diciembre de 2016 la entonces presidenta del Consell y consellera de Turismo, Maite Salord, anunció que el Llatzaret albergará un hotel de lujo y un centro terapéutico al presentar un plan de usos para este enclave. La gestión correspondería a un consorcio, presidido por la institución insular, en el que participarían el Govern, el Gobierno central, la Universitat de les Illes Balears (UIB) y otras instituciones como los ayuntamientos de Maó y Es Castell.

Tres años y medio después, como vicepresidenta del Consell y consellera de Medio Ambiente, Salord presentó ayer el plan director arquitectónico para programar las «futuras actuaciones para conservar, proteger y poner en valor el conjunto que conforma el Llatzaret de Maó como equipamiento público y adaptarlo a los nuevos usos». Entre ellos, y principalmente, los que tengan finalidad formativa, cultural, social y turística. La rehabilitación de los 41 edificios asciende a 20 millones de euros. Comprendiendo las bondades y objetivos de conservación y protección, cabe preguntar cuál es la previsión económico-financiera que sustenta este plan director, así como los recursos presupuestarios y el calendario de ejecución previsto.