TW

La mejora de la situación epidemiológica de Menorca, que cuenta hoy con un paciente ingresado en el hospital Mateu Orfila, debe ser valorada por el Govern cuando, este próximo viernes, revise las restricciones y fije los criterios para la nueva fase de la desescalada.

Aumenta el malestar porque el gran esfuerzo que ha realizado la población en toda la Isla para cumplir las limitaciones no se vea acompañado por unas medidas más flexibles para empezar a reactivar la actividad económica, paralizada.

PIME-Menorca ya ha solicitado que los cambios de fase incluyan una revisión semanal de las medidas. Hay que conjugar salud y economía, y Menorca ha actuado con responsabilidad. La actual fase 2 reforzada mantiene en vigor tantas exigencias y condicionantes que apenas se nota en el conjunto de la Isla, como lo confirma que muchos establecimientos prefieran continuar cerrados. Al mismo tiempo hay que extremar la prudencia y transformar en oportunidad el hecho de ser una región insular.

Ello implica un riguroso control en el aeropuerto y los puertos, exigiendo PCR y pruebas de antígenos a todos los que lleguen a Menorca para impedir un nuevo repunte y el aumento de los contagios.