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El intelectual mallorquín Josep Massot i Muntaner, que falleció ayer a los 80 años, desarrolló una fecunda trayectoria en la que ejerció su doble vocación religiosa como hombre de Iglesia, y también activista de la lengua y cultura catalanas, como se definía a sí mismo, tras licenciarse en Filología Románica en 1963. Se dedicó a la vida consagrada en la comunidad benedictina de la Abadía de Montserrat, en la que ingresó en 1962, y diez años después fue ordenado presbítero. Historiador, filólogo, editor y director de las «Publicacions de l’Abadia de Montserrat» desde 1971, Massot i Muntaner ha sido una personalidad polifacética, con una extraordinaria capacidad de trabajo. Un homenot comprometido, como el filólogo menorquín Francesc de B. Moll, con la recuperación de la lengua catalana. Combinó su actividad como autor de numerosas obras de investigación histórica y filológica con la dirección de la revista «Randa» y la redacción de obras imprescindibles sobre la Guerra Civil y la posguerra en Balears, con numerosos referencias a Menorca. El Institut Menorquí d’Estudis le rindió un emotivo homenaje al 18 de marzo en Ca n’Oliver. Josep Massot se caracterizó por una enorme modestia. Su gran legado, per perdurará, consiste en ser un referente que ha transmitido su sabiduría y ha formado a nuevas generaciones de investigadores y filólogos.