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Las convenciones celebradas ayer en Zaragoza y Toledo por el PSOE y el PP, respectivamente, suponen el pistoletazo de salida de una campaña electoral que culminará en mayo del próximo año. El último domingo de mayo de 2023 se decidirá el color político de los ayuntamientos y gobiernos autonómicos. Al mismo tiempo estos comicios dilucidarán si hay un cambio de ciclo en la política española con el liderazgo, en clave interna, de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

El PSOE no escatimará los recursos que ofrece la dirección del Gobierno para apoyar sus opciones electorales en un momento de complicada situación por la galopante inflación. Las ayudas a la atención primaria y la rebaja del IVA en el gas son medidas imprescindibles para contener una inflación que resta poder adquisitivo a las familias y competitividad a las empresas.

Desde el PP destacan que  las elecciones municipales y autonómicas son el primer escalón hacia el Gobierno. Los buenos resultados obtenidos en Galicia y Andalucía, y los sondeos, avalan esta hipótesis. En el caso de los populares, los comicios de mayo serán el primer examen estatal para Núñez Feijóo. El descalabro que auguran los expertos en demoscopia para Ciudadanos multiplica las opciones del PP, aunque su principal reto es distanciarse de Vox para evitar compromisos institucionales posteriores.