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El Régimen Especial de Balears (REB), aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez en febrero de 2019 carece aún del reglamento que concrete su aplicación efectiva. Se han desarrollado algunos aspectos, pero, cinco años después, precisa de un marco regulador para que sus medidas adquieran plena eficacia.

Este reglamento constituye una asignatura pendiente no se puede seguir demorando porque, en caso contrario, el REB de 2019 quedará en una mera declaración de buenas intenciones. De ahí la trascendencia que adquiere la negociación en la que se hallan inmersos el Govern y el Gobierno central para alcanzar un acuerdo que permita obtener todos los beneficios. El conseller de Economía y Hacienda, Antoni Costa, anunció ayer, en el encuentro que mantuvo con los cercles d’economia de Mallorca, Menorca y Barcelona, que las alegaciones presentadas por el Ejecutivo balear al reglamento del REB quieren clarificar su contenido para aportar más seguridad jurídica, y, al mismo tiempo, reducir y agilizar los numerosos requisitos que se exigen en el decreto. La aprobación de este reglamento es una prioridad que exige entendimiento, voluntad política y lealtad institucional entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el Govern de Marga Prohens. Balears no puede seguir sufriendo esta demora en el desarrollo y aplicación del REB.