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Este articulo va dirigido a aquellos lectores que nunca han oído hablar del masaje terapéutico que se realiza con una variedad de pequeños peces originarios de Asia Menor. Para aquellos que saben o conocen la existencia de los llamados Peces Doctores sugerimos no pierdan su precioso tiempo en seguir leyendo lo que sigue. Además se sorprenderán de la cantidad ingente de información que sobre el tema puede encontrarse en Internet

En un par de centros comerciales nos ha sorprendido un espectáculo insólito.

Algunas personas, especialmente turistas extranjeros, cómodamente sentados y con ambos pies dentro de una pecera. Dentro de ella diminutos pececillos parecen morder suavemente o quizá lamer la piel de los interfectos.

Dicen que es una nueva forma del tradicional masaje tailandés.El auténtico antiguo masaje que se aprende en el Wat Poo de Bangkok no tiene nada que ver con la moderna versión que mantiene los macro burdeles de la capital.,y menos con este ictio-masaje.
Hemos querido averiguar el origen de esta novísima versión del masaje con peces.

Se nos dice que una especie de pez, el Garra Rufa, se utiliza desde hace más de un siglo en el Balneario de Kangal, en la provincial turca de Sivas para el tratamiento de ciertas enfermedades de la piel. Allí acuden muchos enfermos de psoriasis a quienes animan las posiblidades de remisión más o menos temporal de la enfermedad.

Estos diminutos peces se alimentan, de no tener otra cosa, de las pieles muertas que se van produciendo en nuestra epidermis. Al parecer los mordisquillos con los que van quitando las células muertas producen un agradable cosquilleo que algunos llaman masaje. La sensación de bienestar que produce el tener ambos pies dentro de la rectangular pecera con el agua a mas de 36 grados, se compara con la que se tiene después de recibir un auténtico masaje tradicional tailandés.
Decidido a poder informar al lector con la mayor veracidad, hoy vamos a hacer la prueba de los peces masajistas.

Hemos escogido un salón de masaje , o debemos llamarle acuario de masaje, que advierte que ellos utilizan los auténticos Garra Rufa y no la imitación con la que nos engañan en lugares de precio más bajo. El pez Chin Chin es parecido y se utiliza en China y Taiwan con la misma finalidad aunque dicen los expertos que con menor eficacia.

Una vez nos han lavado los pies nos sentamos en una especie de banco y ponemos nuestras extremidades dentro de una pecera en la que vemos cientos de diminutos peces. A los pocos momentos sentimos como pequeños y ligeros pinchazos como si de minúsculos alfileres se tratara. Son los pececillos que al no tener dientes van succionando células muertas de nuestra piel. La sensación es más bien de cosquilleo pero no nos recuerda en absoluto la de un masaje.Así durante 20 minutos y después de haber pagado el equivalente a 3 euros se termina nuestra sesión.El resultado parece ser igual que una esfoliación de un podólogo que hubiera eliminado las células muertas de nuestra piel. Ni sentimos ninguna especial sensación de relajamiento ni de bienestar que nos prometen al empezar.

Creemos que lo de peces doctores que se aplica a los Garra Rufa puede tener su explicación en los balnearios de Turquía y quizás también en los especialistas que en nuestro país se anuncian para curar o aliviar la psoriasis en 15 dias con sesiones de hora y media durante las dos semanas por 400 euros. Estudios universitarios, tan serios como los de la Universidad de Oxford, parecen demostrar que la enfermedad remite en gran parte con este tratamiento continuo. Se dice que los pececillos ponen en nuestra piel desescamada una enzima llamada diathanol o ditranol que ayudaría en sus efectos terapéuticos.

Por lo que respecta a este masaje de peces en los centros comerciales después de haber hecho la prueba podemos testificar que ahora cuando vemos a los turistas sentados con los pies en las peceras pensamos que mejor es ir a un buen podólogo.

Claro que por los tres euros que pagamos en Tailandia también nos podríamos dejar hacer un scrub sin necesidad de tantos peces.

El tema de los peces doctores salió hace ya un par de años en la prensa nacional y en algunos periódicos extranjeros. Hoy no deja de ser un negocio más para los criadores de los auténticos pececillos turcos cuyos anuncios encontramos en Internet.

Si algún lector tiene problemas de psoriasis puede hallar en la web una información suficientemente extensa que le ayude a decidir si vale la pena hacer la prueba con esta terapia alternativa.
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fcaules@gmail.com