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Desmond Tutú decía que la verdad daña, pero que el silencio mata, dicho lo cual no hemos de olvidar que en la transición llegamos a un punto de encuentro aceptado por todos, zanjando con ello este tema; (el de la Memoria Histórica) lo de ahora es abrir viejas heridas y provocar situaciones imprevisibles, sin olvidarnos que, en ocasiones, las intenciones de los que provocan tal debate no son muy transparentes". (Rafael María Oleo Cortés - "El Espíritu del 78").

La Ley de la "Memoria Histórica" me causó un gran resquemor, temí volviéramos a las andadas, aunque convencido como estoy de que determinadas circunstancias debían ser solventadas, con rapidez y justicia. Por activa y por pasiva se me ha dicho que nosotros habíamos tenido, durante 70 años, unos privilegios de los que ellos -los del otro bando- no disfrutaron, es cierto, como también lo es el que cualquier hijo de un militar o civil republicano tiene todo el derecho, entre otras cosas, de conocer el lugar dónde reposan los restos de su padre, exigencia con la que personalmente me solidarizo porque a todos nos reconforta, de vez en cuanto, ir a depositar una flor, rezar una oración o simplemente "charlar" frente a la tumba de nuestros progenitores, aunque el mayor deseo de cada uno de nosotros hubiera sido el ir haciéndonos mayores junto a ellos, o el tener a nuestra vera a un padre con el que compartir nuestros anhelos o nuestras carencias.

Pero también me he sentido frustrado con la actuación del juez Baltasar Garzón, porque él sabía que no podía inmiscuirse en la causa que inició, pero él es de aquellas personas que siempre buscan el protagonismo … "Cuando Garzón volvió a la Audiencia Nacional y reabrió el sumario de los GAL, sí pensábamos todos que podía estar movido por la venganza. Pero, en fin … Visto el tiempo transcurrido, y el perfil posterior de Garzón, yo creo que sus motivaciones son bastantes más complejas. Yo creo que es el juez mediático por definición, que es un auténtico enamorado de los medios de comunicación, que cuando pasan seis meses sin que aparezca su figura en los medios, consigue llevar a cabo alguna actuación judicial espectacular". (Juan Alberto Belloch, en "La memoria recuperada" de María Antonia Iglesias).

Para mi el juez "estrella" ha abierto, desafortunadamente la "caja de los truenos", sin percatarse, o sí, de la que podía armar.

Además, en torno a éste "affaire" hay situaciones que especialmente me preocupan, una de ellas es la de querer juzgar sólo una parte y defender a capa y espada sólo una determinada verdad, olvidándonos de que cada uno tiene su verdad, lo que importa es conjugarlas y llegar a una aproximación lo más exacta posible a cuanto ocurrió; también me preocupa la poca exactitud de ciertos historiadores que ofrecen versiones poco contrastadas e incluso inexactas. La Iglesia, en la posguerra, se decanto por completo con la España franquista, lo viví y lo reconozco pero ello no indica que se convirtiera en un "elemento" de opresión o que ejerciera de denunciante; hubo proclamas -sermones- enardecedoras de las "virtudes" de la cruzada pero ningún sacerdote menorquín se paseó con un resolver en el cinto… Para exponer otro de mis temores echaré de nuevo mano de Arturo Pérez-Reverte, que en su artículo "Una foto analgésica" escribe: "Es cierto que, en los últimos tiempos, en España ha tomado el relevo una nueva casta política irresponsable, infame sin distinción de ideologías, pegada a la ubre de los aparatos de sus partidos. Gente sin contacto con la vida real, que no ha trabajado nunca de verdad ni tiene intención de hacerlo en su puta vida. Parásitos de la vida pública, profesionales del camelo y el cuento chino. Los que, amos de un tinglado nacional rehecho a su medida, ya nunca irán al paro. Y es cierto también que esa gentuza medra con la complicidad de una sociedad indiferente, acrítica, apoltronada y voluntariamente analfabeta, que sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando afecta a cada cual. Cuando truena".

Finalmente definiré, con toda claridad, cual es mi postura y lo haré con las mismas palabras que cerraba la serie de entrevistas de "El espíritu del 78" … "Sé que Josep María Quintana Petrus, amigo entrañable, votaría conmigo para que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos lleguen a superar, mediante un diálogo sosegado e inteligente, los flecos franquistas que dejó la transición, porque queremos, él y yo, como quieren infinidad de españoles, congratularnos algún día de haber logrado la España de todos, la España plurinacional y plurilingüe, rica y solidaria, la España que siempre hemos soñado … aunque ahora vuelvan a revolotear los viejos fantasmas del pasado".