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En ese apartado de la economía que ahora llaman, algunos de los que les ponen nombres raros a las cosas, "ingeniería financiera estatal", se dan colosales contradicciones y las más insospechadas incoherencias.

La señora Merkel, doña Ángela, estaba hace unos días en un sinestar, apunto de que le diera un jamacuco por esos trabajos de tener que prestarle al gobierno griego un par de carretadas de millones que, como muletas, les sirvieran a los griegos para no quedarse lisiados en sus penurias de unos dineros que tan alegre como imprudentemente han dilapidado. ¡Ahora lo comprendo compadre! La señora Merkel no barruntaba penurias propias, si no que las sabía perfectamente porque el gobierno alemán, como otros tantos gobiernos europeos, en esto de cuadrar las cuentas no está para tirar cohetes. Pero qué quieren que les diga, lo de Alemania es sorprendente, vamos, que sin aparentarlo ahí andaban, a "real y media manta".

Mientras tanto, a nuestro Zapatero, don José Luis, se le aflojaban las canillas teniendo que hacer de tripas socialistas corazón, al tener, ya digo, como líder socialista, que agarrar la tijera por los cuernos y tijeretazo allí, tijeretazo allá, dejar el estado del bienestar, en el que más que estar, levitábamos, hecho unos zorros. Y claro, el señor Rajoy, don Mariano, que tampoco en esto de tener asesores útiles que le asesoren bien anda muy sobrado, veía el camino hacia la Moncloa desbrozado y liberado de cuidados que le entorpecieran una marcha triunfal, toda vez que este gobierno viendo las arcas públicas con telarañas, por fin se ha puesto la ropa de trabajo y ha empezado a tomar dolorosas decisiones que, presumiblemente, acabarán por hacerle perder las próximas elecciones generales, que algunos en esto también les parece bien llamarlas legislativas. El problema viene cuando al votante le tocan el bolsillo, que es mayormente cuando se olvida de todo lo demás. Se pone de uñas y lo primero que piensa es en castigar a quien, a lo mejor sin ser culpable, culpa de todo su males.

El señor Rajoy aprovecha el camino que trae la crisis para abrirse camino hacia la Moncloa. Y lo hace utilizándola como munición catastrofista para metafóricamente lanzar sus explosivas proclamas en contra del gobierno o lo que es lo mismo, arrimando el ascua a su sardina aunque esté apagando fuegos con gasolina, poniendo con razón o sin ella al gobierno en general y a Zapatero en particular de "chúpame dómine", de vuelta y media, o si lo prefieren, a caer de un burro. Por llamar, les ha llamado casi de todo. Y es lo cierto que como líder de la fuerza mayoritaria en la oposición, tiene no sólo el derecho, si no la obligación de ejercer la oposición. Pero dicho esto, convendría que Rajoy y sobre todo la camarilla mediática que viene culpando al gobierno de todos los males, se pronunciara ahora respecto a lo que acaba de anunciar la señora Merkel o el señor Cameron del Reino Unido.

Viendo lo que decía la señora Merkel sobre el gobierno griego hace unos días, cuesta entender que ahora Alemania también vaya a bajar los salarios, reducir el funcionariado y las prestaciones sociales durante cuatro años, dicen, por lo menos, hasta recuperar 80.000 millones de euros. Lo que además, sin duda, retardará el conjunto de la recuperación económica del resto de Europa en varios años. En el Reino Unido seguramente harán algo parecido, como están haciendo ya en Italia y Portugal.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) junto a la Comisión Europea, llevan tiempo dando avisos de que la mayoría de países europeos hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades. Todo indica que nos esperan bastantes años de vacas flacas, o como dije el otro día en estas mismas páginas, más que flacas, escuálidas y famélicas. Con lo cual, como se ve, no era sólo Zapatero y su gobierno el que ha estado haciéndolo "todo mal". A tenor de los últimos acontecimientos, se aclara que la crisis es, al menos en Europa, global, y mucho más dura de lo que hasta ahora se decía. Es pues lógico pensar que tardaremos bastantes años en salir del bache y que, al contrario de lo que parecía y se decía, a Zapatero y a su gobierno debe si acaso culpárseles de haber sido de los primeros que han empezado a achicar agua de la barca de la economía en la que navegábamos escorados por los despilfarros.

Y hablando de despilfarros, con la que está cayendo, dar cerca de 100 millones de pesetas a cada jugador de la selección española de fútbol si ganan el mundial, mientras se congelan las pensiones a los jubilados y se bajan los salarios a los funcionarios públicos, me parece algo simplemente impresentable. Mejor dicho, me parece una inmoralidad que debería de avergonzar a quien permite semejantes desatinos. No está el horno para estos bollos ni la economía para estas derramas millonarias y menos aun recayendo en la abultada cartera de unos multimillonarios que a veces juegan al fútbol.