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El puerto de Palma estaba en condiciones ayer de batir un récord: Desembarcar más de 17.000 turistas de crucero en un solo día, una cifra similar a la que ha registrado el puerto de Maó en los seis primeros meses de este año. Los cruceristas llegaban ayer a Palma en 6 barcos, de los cuales 5 tienen capacidad para 3.000 pasajeros. Por sus dimensiones estos cruceros no pueden amarrar en Maó porque no hay una infraestructura adecuada y ésta es la principal causa de que el número de embarcaciones turísticas de este tipo baje en Menorca. Las instituciones públicas deberían haber previsto esta situación hace años y darle una respuesta adecuada. En algún momento se plantearon algunas ideas, incluso se dispuso de una propuesta en la zona de Cala Figuera, sin embargo no se ha planificado una actuación ni su correspondiente obra portuaria. Una Isla cuya economía depende de la actividad turística no puede dar la espalda a las nuevas demandas y el turismo de cruceros, en un puerto como el de Maó, no debe entenderse como un complemento sino que se trata de una prioridad. El objetivo de conseguir que amarren los grandes cruceros debe formar parte de un gran proyecto para potenciar el puerto de Llevant.