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Era una mañana apacible y el despertador sonó a las 6'30 horas. Me levanté de la cama, me duché rápidamente y salí de casa, a ver si esta vez lo conseguía. El día anterior, ya fui a renovar mi DNI, pero se habían acabado los números. Cuando vi la cola que se había formado en la calle, una hora antes de abrir las puertas, pensé: - Mañana no puedo fallar.

Así que más corto que perezoso, cogí el libro que me había comprado "Aprenda inglés en 30 días", aparqué donde pude y cuando llegué, era el sexto.

La primera, una señora de unos 70 años que debía estar allí desde las 6. -No llueve- me dije, optimista -es mi día de suerte.

Empecé a mantener la normal conversación con los allí presentes. Teníamos dos horas por delante. Es muy interesante y conoces gente. En el edificio de enfrente, hay unas ranuras por donde entran y salen las palomas. No me imagino el nido que debe haber ahí dentro. Se podría hacer un documental de La 2. Ahora recuerdo que cuando llegué, el señor que iba antes que yo, se estaba limpiando algo con un pañuelo.

Empiezo a leer el libro. Sigue llegando gente y la cola ya dobla la esquina. (waiting behind the corner). Ya voy por la lección 24.

Una paloma (que no es la de la Paz, precisamente) me caga en el libro. Esta vez, el libro me ha salvado. Lo cierro, por si acaso, me refugio en el portal y sigo esperando en español.

Por fin, abren las puertas y los allí congregados cogemos número. Un bedel calcula, a ojo, el tiempo que hay que esperar. -Tiene para dos horas- le dice a una chica algo despistada- pero si se va, no pierda su turno o tendrá que volver otro día.

Cuando me toca, las empleadas son atentas y eficientes. En un momento, te piden que confirmes tus datos, han escaneado tu foto y te han tomado las huellas dactilares sin mancharte los dedos de tinta (ventajas modernas).

Salgo aliviado con mi nuevo documento de identidad. Y me siento alguien otra vez (someone again). -Están mucho peor, los que no tienen papeles- me consuelo.

Con un DNI electrónico puedes hacer operaciones seguras por Internet, incluso pagar a Hacienda y otras gestiones con número secreto. Hay que ver lo que es el progreso. La cola también fue un gran progreso. Poner orden y respetar el turno. ¿Se imaginan la que se armaría sin ese invento? Cuando veo una cola, lo tomo como una señal de que la mies es mucha y los operarios, siguen siendo pocos. Pero si para entrar en el cielo, hay que volver a hacer cola, no les extrañe que el infierno acabe lleno de gente.