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Juanita España, alias "la roja", había pasado numerosísimas penalidades con el lento transcurrir de los años, y en su cuerpo se podían observar todavía, a simple vista, los signos evidentes del cansancio acumulado.

Lejos quedaban ya, su lozanía juvenil, sus conquistas permanentes, y sus momentos de crecimiento desmesurado: todo ello le producía ahora, al recordarlo, una sensación de extraña melancolía. Ella, que había sido la envidia de todos; que se marchó a descubrir "las Américas" mientras decían los poetas que en su cara, jamás se pondría el sol; y que volvió cargada de oro, plata, piedras preciosas. Miles de artistas quisieron inmortalizarla con sus lienzos. Otros, le construían fastuosos palacios, adornados con fuentes de aguas cristalinas y jardines de ensueño. Se sentía la reina de los mares. Pero de eso, hace ya tanto tiempo…

Como siempre en la vida, llegó el momento de la decadencia, y "la roja", (así la conocía popularmente el vulgo), empezó a padecer miles de achaques inesperados, luego fueron enfermedades, que a punto estuvieron de dejarla inválida y esquizofrénica para siempre. Sobrevivió a una gravísima dolencia, que la llenó de dolor y de amargura. Demasiadas veces, vivió rodeada por la muerte; mientras la vida se le iba escurriendo, silenciosa y triste a su alrededor, aislada de todos.

Hasta que un feliz amanecer, que parecía que no iba a llegar nunca, le trajo la ilusión renovada y las irresistibles ganas de volver a ser alguien. Las terribles heridas, parecían haber cicatrizado, al tiempo que las fuerzas fueron en aumento: vitalidad inusitada, para haber salido de tan larga convalecencia. Ahora, por fin, iba a poder amar de nuevo pues volvía a sentirse libre, con ganas de sonreír.

Tal vez se relajó demasiado con el éxito repentino; la euforia la llevó a confiarse en exceso, y tanta alegría se le subió a la cabeza. Porque hoy, sin saber como, se ha despertado con una terrible jaqueca. Arruinada, desorientada, como si hubiese vuelto a sus lejanos años de adolescencia. No sabe qué camino tomar, ni como conseguirá salir adelante.

Juanita España, alias "la roja", se levanta y tiene dificultades para caminar. A veces, una pierna se le va para un lado y la otra, se quiere ir en sentido contrario y caminar por su cuenta. Su andar es torpe y no para de trastabillar. La cabeza se le nubla un poco, por momentos, y olvida cosas.

Pasa junto a la residencia de ancianos "La Nueva Europa" donde piensa que podría sentirse mejor atendida y no tan sola. ¿Cuánto tiempo podrá valerse por si misma? A pesar de todo, quiere volver a sentirse fuerte, joven, bella... ¡la campeona del mundo! Sentir que todo el vecindario se muestra contento a su paso, y llenos de admiración como antes, no paran de lanzarle piropos...