TW
0

Otras veces hemos recordado como la máxima de "repite una mentira mil veces y la convertirás en verdad" es norma habitual en la actuación de los totalitarios.

La manipulación y la distorsión falaz es su arma natural. Efectivamente, repetir el usual latiguillo, contaminar la historia con los mitos conocidos, variar la realidad social de acuerdo a sus obsesiones particulares, recitar constantemente sus demonios ideológicos, etc. son caminos seguidos de forma entusiasta y con disciplina prusiana por quienes son fieles escuderos del totalitarismo cultural.

En Menorca bien lo sabemos y lo seguimos comprobando con los exóticos escritos de quienes son auténticos lobos totalitarios disfrazados de corderillos (pretendidamente culturalizados) que periódicamente publican panfletos en defensa de la imposición más rechazable. En la época de la globalización y cuando el mundo se encadena en eslabones que lo une y al tiempo lo intenta liberar de cualquier atadura ideológica (¿qué es internet sino una acracia maravillosa?) siguen inasequibles al desaliento los obsesos de turno mareando la perdiz de los derechos de una lengua determinada.

La publicación de un pomposamente denominado "Manifest del Consell Social de la Llengua Catalana" (ellos siempre tan ridículamente solemnes) ha puesto de nuevo de manifiesto la ocultación de la realidad en que se basan estos defensores de la dictadura totalitarista.

Una de sus principales piedras angulares en defensa de esa dictadura es lo que denominan lengua propia. Pues bien, sepan que en Menorca hay grandes extensiones de tierra que están en manos de ciudadanos británicos. Yo mismo tengo amigos que poseen fincas de grandes extensiones y que limitan y se unen a otras que también pertenecen a otros ciudadanos británicos. En toda aquella apreciable extensión de Menorca la "lengua propia" es el inglés ya que ingleses son sus habitantes. En Mahón la mitad de la población tiene como lengua propia el castellano, y el resto el menorquín (con sus características específicas). En el resto de la isla habitan más de tres mil súbditos británicos cuya "lengua propia" es el inglés. Añadamos a ellos todos los restantes emigrantes europeos así como los amigos que proceden de diversos países de América del Sur y de otras partes del mundo. Cada uno de ellos tiene su "lengua propia" y la usa en sus propios territorios (en sus casas). Es una estupidez decir que Menorca (la roca menorquina) tiene una "lengua propia" en exclusiva. Cada habitante tiene la suya. Los territorios no tienen derechos de lengua, sí lo tienen los ciudadanos que la habitan. Cuando la isla estaba en manos de los fenicios la lengua menorquina era la fenicia, cuando estaba en manos de los árabes era la árabe, etc. La historia de los habitantes de un territorio es lo que indica que lengua/s se habla/n en él. Sin imposiciones. Con libertad.

El texto del citado "Manifest" sería precioso si no fuese ridículo. Dicen querer conceder igualdad de oportunidades bajo la obligación (imposición) de relacionarse en catalán (¡nunca hablan de menorquín!). Nunca una idea demostró mejor su carácter fascistoide. No contentos con que la práctica totalidad de la enseñanza sea en catalán literario (con los tristes resultados que sabemos), quieren arrasar con cualquier pluralidad que incluya el castellano (el español). Son los que añoran poder declamar un día textos como: "Derrotado y cautivo el ejército republicano (cambiar por: derrotada y cautiva la lengua universal española… el ejército catalanista ha entrado a saco en la vida privada de los ciudadanos).

En su osadía, hasta ahora impune, se atreven a hablar de la "personalidad" de las Islas Baleares cuando son los primeros que la mutilan, la cambian y la incluyen en los límites de otras tierras españolas. La única personalidad de nuestras Islas Baleares, y especialmente de nuestra Menorca, es la libertad.

Ese grupo de iluminados son el caballo de Troya que se ha colado (recordemos la historia clásica) en Menorca impidiendo su realización como tierra abierta que siempre había sido. Pero su fracaso histórico es clamoroso. Después de treinta años de totalitarismo antiliberal y después de haber despilfarrado millones de euros en esta manía que algunos considerarían simpática por romántica si no fuese tan costosa, su lengua catalana sólo se aguanta por la imposición administrativa pero no cuaja entre las capas populares. Lo que quizás hubiese tenido mayor oportunidad de cuajar hubiese sido la defensa y enseñanza de las modalidades lingüísticas (realidad versus política) en vez de querer imponer una normativa catalana ajena a nuestra historia en su versión gramatical y hablada.

Pero no se trata de cultura, se trata de política. Política pancatalanista y antiespañola. Recordando un famoso libro, debemos de preguntamos ¿y para cuándo la defensa del menorquín? ¿y para cuándo la libertad? ¿Cuándo llegará la noche de la libertad?