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Me ha parecido oportuno dejar pasar por lo menos un tiempo necesario al comunicado de ETA para sacar una conclusión de lo que opinan los distintos portavoces de los partidos políticos y la opinión de la línea editorial de los periódicos; incluso he prestado atención a lo que opinan aquellos que opinan de todo.

La verdad es que de manera prácticamente unánime, se me aclara que ETA, cuando explosionó la T4 de Barajas, acabó con la escasa credibilidad que le pudiera servir para plantear en el futuro una salida de su ratonera que por lo menos les evitara que los presos que tienen en las distintas cárceles no los corran cualquier día a gorrotazos.

El último comunicado de ETA es a todas luces una más de sus torpezas porque lo llevan a cabo cuando todos pensamos que el comunicado no tienen otra finalidad que la de seguir teniendo en las instituciones vascas a la gente de Batasuna. Conviene recordar que ETA ha anunciado en once ocasiones que dejaba temporalmente las armas. ETA ha llevado demasiadas veces el mismo cántaro a la fuente hasta que finalmente, en la T4 de Barajas, ellos mismos lo hicieron pedazos.

De ETA sólo es creíble su sanguinario empecinamiento en lograr la independencia vasca a fuerza de asesinatos y de estragos. Lo malo suyo es que España lleva más de 40 años soportándolos y ETA intentando de la peor de las maneras, acaso la única manera en que es imposible conseguir lo que pretenden y siguen sin darse cuenta. No son para ellos suficientes 829 personas que han perdido la vida en sus manos; 486 de sus víctimas eran miembros de las fuerzas armadas o de los distintos cuerpos de seguridad. Por cierto, de entre estos, 15 eran ertzaintzas.

De ETA sólo es creíble la extorsión, el estrago, la amenaza, la bomba lapa, el coche bomba o el tiro en la nuca. ¿Qué credibilidad tiene la palabra de quien coloca una bomba en un supermercado sin saber ni contra quien va destinada? Quien es capaz de secuestrar a un concejal para después, sin piedad, descerrajarle un tiro en la nuca (Miguel Ángel Blanco Garrido, concejal del PP en Ermua. Dos días después de su secuestro lo encontraron con varios tiros en la nuca.) Quienes hacen eso no pueden pretender ser luego portadores de una palabra honesta de la que los demás puedan fiarse.

Finiquitar el problema etarra, además de legítimo, es una prioridad y Zapatero y su gobierno lo intentaron, como lo intentaron también otros presidentes que presidían otros gobiernos. Quizá con nadie como con Zapatero lo tuvo ETA mejor, pero se equivocaron, sus pretensiones no fueron las de una banda fracasada que después de los daños causados cae en la cuenta de lo imposible que resulta alcanzar su objetivo. Actuaron elevando sus exigencias como si su situación les permitiera una negociación exitosa. Se equivocaron por completo y rubricaron su fracaso matando a dos pobres emigrantes, además de ocasionar destrozos millonarios con la voladura de la T4 de Barajas. Y les digo que milagro fue que no ocasionaran una verdadera masacre. Cuando aquello pasó, recuerdo que en estas mismas páginas vaticinaba yo que Zapatero había salido tan escaldado que difícilmente volvería a intentarlo por la misma vía y que lo lógico era, como así ha sido, que extremase al máximo la eficacia de los cuerpos de la seguridad del Estado.

ETA sabe que detrás del gobierno socialista viene, más pronto que tarde, un gobierno del PP, lo que en buena lógica significa que sólo van a encontrar persecución policial, apresamiento, juicio y cárcel. No creo que Rajoy, envestido de presidente del gobierno, vaya a tener un lapsus y se ponga a negociar con ETA después de haber puesto por ello a "caer de un burro" a Zapatero. Pero no sólo Rajoy, con él además, haciéndole el coro, estuvieron todos los medios de difusión que le son afines que no ahorraron descalificativos por el intento de los socialistas. Aunque sólo fuera por eso, ETA sabe que sólo le queda, o disolverse sin ninguna prerrogativa, o seguir unos años más en lo único que han hecho en su espantosa trayectoria y de paso, seguir llenando las cárceles de etarras. Un panorama siniestro, y si no fuera tan siniestro, diría que absurdo.

ETA debe saber que le va a ser muy difícil, sino imposible, meter a sus afines en las instituciones vascas, de manera que sólo le queda ser lo que es por sí misma, sin ningún otro soporte sufragado por el herario público. Si eso es así, es posible que ETA lance algún comunicado nuevo viendo el caso nulo que ha obtenido con el que acaba de hacer. No me parecería extraño un nuevo comunicado presionado por Batasuna.

Algunos observadores y otras personas bien intencionadas, junto con politólogos del todo a cien, se enredan en darle valor a lo que no lo tiene, empeñándose en que ETA pida perdón a las víctimas. Vamos a ver, ¿acaso tiene algún valor el que ETA pida perdón? Quienes llevan más de cuatro décadas instalados en el terror, ¿qué empacho pueden tener en pedir perdón?, ¿acaso les importó asesinar a media docena de guardias civiles en uno de sus execrables actos? A quien no le tiembla la mano ni la conciencia en asesinar por la espalda a quien ni siquiera conoce, sería un error confiar en que el hecho de pedir perdón es un hecho sentido y sincero. Si alguna vez lo hacen, no será otra cosa que una burla. A esta gente no se le puede otorgar ningún miramiento de comprensión por el hecho de pedir perdón.

A ETA no le queda más que sentir miedo de su propia situación. Pienso a veces que alguno de ellos debe ser como aquel cobarde que se esconde en el campo de batalla y por eso sigue. La diferencia quizá sea que ETA tiene que esconderse en medio de su sanguinario historial.