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China tiene 1.300 millones de habitantes, India 1.190 y Facebook, 600. Es decir, que el ciberpaís creado por Mark Zuckerberg es el tercer lugar más poblado de la tierra, o lo que es lo mismo: el 10 por ciento de los humanos se pueden encontrar en esta red social. Pero la cosa no para aquí, la previsión más optimista es que la comunidad de amigos llegue a los 1.000 millones en 2012 y después ya se verá.

Mark Elliot Zuckerberg tiene 26 años y la fortuna le sonríe. Es el billonario más joven de la historia y su fama le ha llevado a ser el personaje más influyente de 2010, según la prestigiosa revista "Time". La película que narra su vertiginosa vida - "The Social Network"- triunfó en la reciente edición de los Globos de Oro y su "reino" está valorado en unos 50.000 millones de dólares. Para rematar se calcula que la "f" más famosa del planeta ingresó 2.000 millones el pasado año. No está nada mal.

Ante tanta desmesura, uno se pregunta ¿por qué algo tan sencillo no se me ha ocurrido a mí? Pues la bombilla se le encendió a este joven nacido en el condado de Westchester (Nueva York), aunque la cuestión de la autoría no ha estado exenta de polémica. Pero la realidad es la que es y Mark es el presidente de esta república independiente llena de personas que cada cierto tiempo comparten algo de sus vidas.

Todo empezó en 2004 en la universidad de Harvard. El invento se basa en pasar a la red los llamados "facebooks", unos libros con fotografías y datos de los estudiantes para que el personal se conozca. Dos años después la puerta se abrió de par en par y hasta ahora.

El fenómeno de Facebook tiene muchas aristas y ángulos para ser analizado. Pero si tiramos del hilo su rastro nos lleva hasta nuestros orígenes. El hombre es un ser social y como tal nos desarrollamos. La dimensión que abrieron Mark y sus compañeros de campus nos transporta a un espacio que hasta no hace mucho ocupaba la plaza del pueblo, la taberna, los clubes o incluso un ateneo. La cuestión es relacionarse, interactuar. Escribo algo, leo, cuelgo una foto o un vídeo, conozco gente nueva... En definitiva, cuando uno entra en "can Marc" es como ese estudiante que el primer día de curso busca rápidamente hacerse amigos para huir del vacío que para la mayoría representa la soledad.