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Es lógico y legítimo que el Sr. Rajoy y su partido se sientan eufóricos. Las encuestas se lo permiten, y la paciencia de dos legislaturas en la oposición, se olvida o por lo menos se mitiga, ante el cúmulo de encuestas favorables para el 2.012.

Rajoy, que lleva sobre sus hombros y su retranca gallega, tres décadas de experiencia en las altas instancias del ordeno y mando, tiene en su divisa de antiguo acuñado, aquello de "el que la sigue la consigue".

Hace tres años en Valencia, en aquella escenificación que quiso parecerse a un prietas las filas, Rajoy se recordará, porque aunque las heridas curan las cicatrices permanecen, que en aquellos días se dijo que algunos y algunas y, no quiero señalar, "le estaban segando la hierba debajo de los pies". De ahí le viene su deuda con Camps, Don Francisco, porque en aquellos momentos difíciles para Rajoy, Camps estuvo asistido de un acertado oportunismo, intuyendo que en un próximo futuro, la justicia le tomaría interés y se vería muy perjudicado ante sus propias dificultades, confiando entonces Camps, que si ese futuro se le ponía de color de panzaburra, Rajoy podría ser el "sastre" que le socorriera de sus rotos y descosidos, de ese traje suyo a la medida de sus personales ambiciones.

Lo de la semana pasada en Sevilla, sí ha sido un prietas las filas, todo festivo de un alborozado ja,ja, ja… ji, ji, ji, y besos en las mejillas, y abrazos y golpecitos de espalda pero, ningún abrazo como el de Aznar. Y es que donde hay calidad…. Quizá Aznar, quiso recompensarle de aquella frialdad de bloque de hielo valenciana tan aznariana, que le llegó seguramente al alma en Valencia a Rajoy.

El lunes, después de lo de Sevilla, no había periódico que no llevase en sus titulares, la imagen de un partido eufórico, lleno a rebosar de unidad, junto a su líder. Lástima que la Sra. Aguirre, Dña. Esperanza, unas horas después le metió un meneo en la línea de flotación que hasta a la gaviota que volaba por encima del barco, le temblaron las plumas. Después de repasar cuatro o cinco periódicos, volví por donde había empezado, porque me impacto mucho la fotografía que llevaba en la portada El País. Oiga, oiga Don Marino, aguarde que le diga, pero..¿usted se ha visto en esa fotografía? ¿Se recuerda de los traidorzuela que puede ser la canalla si recogen algún desliz? Por ejemplo, lo de un micrófono abierto y usted Don Mariano diciendo aquello que dijo sobre el desfile del ejército? Pues, en la portada el El País, en esa fotografía suya, así a lo largo, bien centrada en mitad de la portada, ahí está usted, con el brazo levantado y el puño cerrado. Vayamos a confundirnos, que usted sabe que cuando usted levanta el brazo, tiene que ser con la mano abierta haciendo la abordada hacia babor o estribor, pero jamás de los jamases, debe usted levantar el brazo y cerrar el puño, que hay mucho mal pensado. Por esa misma razón, tampoco le aconsejo el brazo levantado enseñando la palma de la mano, que aún sería peor. Cuide esos detalles, porque si uno le lleva al comunismo y al socialismo, el otro le lleva a…. digamos franquismo, salvo que usted, metido como está en la tarea de recolectar votos, ande haciendo guiños a comunistas, socialistas y franquistas. Usted Don Marino, que es de centro de toda la vida, o de centro reformista desde hace un par de días, vayamos con esos detalles involuntarios a estropearnos la biografía.

Nooo… no crea que yo no le comprendo. Esto del voto, es como el color del gato, que no importa de que color sea si caza ratones. Ningún político que quiera llegar a la cima en su oficio, le importa si el voto que le da la victoria es de Tomás o de Don Tomás. Fíjese Don Marino, algunos es que son, o sea, que va usted en Sevilla y por soleares o por seguidillas, alcanza a decir que "España tiene sed de elecciones". Y estos que a todo le ponen pegas, raca que raca, le corrigen diciendo, que no es que España tenga sed de elecciones, que lo que pasa es que tiene usted sed de poder. ¡Qué injusto, verdad! ¡Pero como no va a tener usted sed de poder, si lleva usted camino de ocho años en el desierto!. Y es lo que el desierto tiene, que ve uno, unos espejismos. Usted vio dos oasis de la victoria sin poder calmar la sed. Por cierto, déjeme que se lo diga, cuídese de las encuestas que las carga el diablo. Le cuento: aquel Presidente francés, siguió los consejos de su hija, experta en sondeos, encuestas y demás matemáticas de la intención del votante en sus volubles devaneos a pie de urna, le dijo a su señor padre que convocara elecciones, que las tenía ganadas de calle. Unos días después de las elecciones, salió del palacio presidencial mirándose a su hija con una cara que, para qué. Cuando a González, Don Felipe, los bonsáis no le dejaban ver el bosque de la corrupción que lo llevó al desprestigio primero y por fin hacerle caso a un señor con bigote, que se pasaba el día diciendo "márchese Sr. González" y perdió las elecciones por escaso margen de votos, un poco más y aún estaría alambrando las ramas de sus, por otro lado, magníficos bonsáis en la Moncloa.

Esta, que no sé si sigue siendo, pero sé que ha sido tierra de toros, la sabiduría popular, avisa que "hasta el rabo todo es toro". Otros afirman, que aunque el oso, un suponer, esté pasado de anestesia, no llevar su piel al mercadillo antes de haberlo cazado. Recuérdese Don Mariano, de su experiencia en pasados espejismos.