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¿Qué pasa a partir de que uno enciende el ordenador, abre el navegador y empieza a teclear www? Leamos una opinión: "Usted nunca entra en internet como si fuera a un parque o caminara por la calle o echara un vistazo en una librería. Usted no se conecta en línea como si diera un paseo, sin saber lo que encontrará o a quién conocerá. Se conecta porque está buscando algo. Todo el mundo que confluye en la red está buscando algo. Internet es el ambiente más premeditado e intencionado que se ha creado". Son palabras del agudo ensayista y crítico Lee Siegel (New York, 1957) recogidas en su libro "El mundo a través de una pantalla", donde el autor reflexiona sobre la realidad y el comportamiento del ser humano en la era de la multitud digital. El eco de sus opiniones me ha llegado justo el Día Internacional de la Internet Segura, una efeméride que se celebró el pasado día 8 con el objetivo de promover un uso responsable de las nuevas tecnologías, especialmente entre los menores y los jóvenes.

El eslogan de este año rezaba así: "Internet es más que un juego, es tu vida". Guillermo Cánovas, presidente de la organización Protégeles, vinculada al proyecto promovido por la Comisión Europea, afirma que: "Muchas situaciones que se producen durante una tarde en una red social, tienen después su repercusión en el colegio o el instituto al día siguiente. Los comentarios, las fotos que se suben, etcétera, son normalmente sobre personas reales que conocemos y con las que de una forma u otra nos estamos relacionando". Ante esta situación la recomendación es muy sencilla y apela al sentido común: "Mantener en la vida virtual una actitud similar a la que seguimos en la real, respetando normas de conducta, de educación y de relación que permitan hacer un uso satisfactorio de internet". Los consejos pueden consultarse a través de www.internetsegura2011.es.

Uno de los peligros la red es precisamente la magnitud de un universo paralelo donde la sobreabundancia puede llegar a confundir. Además, y como diría Siegel, se puede producir también el caso de que tanta algarabía "puede ser precisamente una forma de impedir que las voces más creativas, inteligentes y originales lleguen a la gente".

Paseemos por el parque, pero ojo con los tropiezos.