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Las nuevas tecnologías van un montón de pasos por delante de los productos de consumo. Hoy podríamos disponer de unas gafas de "realidad aumentada", según el último informe de la Fundación Telefónica sobre las tendencias de futuro. Pero las multinacionales dosifican las patentes tecnológicas para optimizar la rentabilidad. Así, no solo crean la oferta sino que controlan la demanda. Esas gafas, que estarán en los mostradores de las tiendas en 2021, permitirán conectarnos a internet, disponer de imágenes del mismo sitio que vemos sin lentes o conseguir información adicional de la Wikipedia o de lo que uno quiera. La realidad podrá aumentarse. Y además tendremos los manos libres. Este pronóstico de lo que será nuestro futuro me recuerda un libro sobre tendencias que leí hace unos años. Describía el hogar ideal así: Habrá una nevera con código personal de acceso. Si un miembro de la familia está a régimen o padece una enfermedad, algunos departamentos de la nevera permanecerán cerrados, inaccesibles. La nevera listará el stock de productos y mandará un mensaje al super con la lista de la compra. El lavabo también será inteligente. Periódicamente recogerá una muestra y realizará un análisis. En función del resultado, tendrá capacidad para eliminar algunos productos de la compra y cerrar departamentos de la nevera. Menudo futuro.