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De un tiempo a esta parte se habla mucho del centro de Maó. Son varios los colectivos que, con diferentes causas por bandera, hablan de mejorar el centro, preservar el centro, dinamizar el centro, revitalizar el centro, los aparcamientos del centro, la zona azul del centro... Lo que no queda muy claro es que en Maó, con las dimensiones que tiene, se pueda hablar del centro como algo muy diferenciado del resto de la ciudad. Si entendemos, por ejemplo, que el "presunto centro" comprende de la Explanada a la Plaza del Príncipe, concluimos que cualquier punto de las "presuntas afueras" de la ciudad queda a no más de quince minutos andando de este "presunto centro", siempre que dejemos a un lado núcleos claramente periféricos como S'Altra Banda. Incluso desde la semiperiférica urbanización Jardins de Malbúger, la distancia con la Explanada apenas supera el cuarto de hora a pie. Maó se cruza caminando en poco más de media hora de ruta urbana saludable. No hay más. Por tanto, interpretar que todo desplazamiento ajeno al "presunto centro" supone coger el coche, luchar por un aparcamiento o la existencia de una barrera psicológica infranqueable para potenciales clientes es una ficción. Los debates sobre el centro de Maó se sustentan a menudo en esta confusión abstracta de sus límites, que cada uno maneja a su antojo y conveniencia.