TW
0

El nombre de Paul Baran le dirá poco. Era un ingeniero que falleció el pasado mes de marzo a los 84 años de edad. Su necrológica publicada en los grandes periódicos pasó desapercibida, al menos aquí en España, porque su trayectoria profesional es desconocida para el gran público. Pero gracia a él usted puede consultar cada día el Menorca.info, el Marca.com o El Mundo.es.

Baran era polaco y su historia es una de tantas de los inmigrantes europeos que llegaron a Estados Unidos en el periodo de entreguerras buscando una vida mejor. Sin duda, uno de los grandes legados que dejó para la historia es que fue el inventor de la tecnología de conmutación de paquetes, que es uno de los motores del internet actual.

Era un hombre humilde, de hecho -como explicó en su obituario David Alandete en "El País"- "nunca se apropió del término 'padre de Internet'. Cuando se le preguntaba por ello, decía que erigir la Red había sido como erigir una catedral, un trabajo de muchos".

Casi medio siglo después de que se pusieran los cimentos de internet, el trabajo realizado por Baran y otros revolucionarios de la tecnología, se ha convertido en un elemento indispensable para nuestra vida profesional y de ocio. Entre nuestras rutinas diarias está conectarse a la red para casi todo, ya sea en casa o en el puesto de trabajo. De hecho, una de las puntas de visitas que registran los digitales es a las 9 de la mañana cuando los funcionarios o los que trabajan en una oficina se incorporan a sus quehaceres diarios.

Cuando estaba leyendo su biografía y la vinculación que tuvo con el departamento de Defensa norteamericano en el proyecto APARNET (1969), germen de lo que es hoy internet, no pude menos que acordarme de Carme Chacón. Un sistema que nació para enviar información entre ordenadores en caso de un ataque, originó un 40 años después un conflicto en los cuarteles españoles. La ministra prohibió en abril de 2008 que los militares consultaran "Interviú", "Marca" y "As", entre otras páginas, en horas de trabajo. La razón era que se producía una saturación de la red. Tal fue la rebelión que días después, el Gobierno dio marcha atrás y se volvió a la barra libre. Ironías del destino. No sé si se enteró del tema, pero a mí me hubiera gustado saber la opinión de Baran.